Ya había ganas de lo nuevo de Orthodox; y es que el año pasado nos dejaron un par de trabajos de lo más interesantes (“Demonio del Mediodía” y “Crown for a Mule”) que construían una ruta muy compleja por la que los Sevillanos se estaban encaminando.
Desde 2014 funcionan como dúo, un drum n´ bass realmente solido y capaz de sorprender a los aventurados dispuestos a abrir sus oídos a este albúm.
En esta ocasión, su sonido esta más cerca del jazz extremo que del metal; Orthodox se mueven muy a gusto entre el avant-grade, el doom, el free jazz, el drone o incluso progresivo… y nos lo dejan patente durante los casi 40 minutos que dura el disco. Su bajista y cantante Marco Serrato consigue que los altavoces tiemblen con su voz desgarradora y sus líneas de bajo, pausadas a la vez que complejas.
Borja Díaz se encarga, de la percusión ejecutando compases de lo más enrevesados que te incitan mover la cabeza al son de su bombo.
Y es que estamos ante dos de los mejores músicos que se encuentran en el panorama nacional, que ya han demostrado de sobra su valía durante los 12 años que llevan Orthodox en activo, así como en muchos de sus proyectos paralelos.
Temas como “Crown for the Mole” que explota nada mas terminar “Suyo es el Rostro de la Muerte” consiguen que al oyente se le erice la piel; mientras que otros como “Medea” te harán volar a mundos hasta ahora desconocidos. Me parece particularmente interesante el tema “Io, Sabacio; Io Io!” que da paso a “Canícula”, donde de nuevo conseguirán dejarte en todo lo alto.
Un disco muy completo, muy esperado por mi parte, y donde se puede ver lo increíblemente rico e interesante que es el “underground” nacional. El rock andaluz sigue vivo, y aquí esta su cara más oscura.
Comentario por Pablo Vazquez
Fotografía por OTHODOX