Despues de cuatro años de silencio vuelven los Lendakaris con nueva dosis de speed en forma de LP. Hay que recordar que en este tiempo de relativo descanso pudimos disfrutar del proyecto Aberri Txarrak, con Aitor Ibarretxe a las voces, un disco que pasó relativamente desapercibido en el resto del estado por estar cantado en Euskera, pero que merece unas buenas escuchas y puedo asegurar que libreto en mano y con unos minutos de consulta a la traducción de las letras en su web te puedes pasar unas buenas risas con lo currado de los juegos de palabras y la mala baba que destila. (Me quedé con ganas de hablar de él aquí en su día pero no lo votasteis de disco de la semana, que se le va a hacer).
El nuevo álbum sigue recoge sin problemas el testigo de Crucificados por el Antisistema: si en aquel parodiaban el mítico álbum de Ratos de Porao, en esta el título guiña a Cicatriz, no se toman muy en serio nada, y el punk tampoco, claro. Por si alguien a estas alturas no se ha dado cuenta el propio nombre del grupo es una coña hacia Dead Kennedys. En este disco guiñan también a Janes Addiction, Barricada o Soziedad Alkoholika entre otros, tendrás que darle unas cuantas vueltas hasta que te vayas dando cuenta de todo.
¿Qué nos espera dentro? Pues lo de siempre.. y tampoco queremos que no nos den otra cosa. Inquina y adrenalina a partes iguales. Aciertan su primera diana con un análisis más que certero del cambio que supone para los poderes fácticos el hecho de en algunas localidades no tengan ya los hilos de las fuerzas del estado en la mano: “No les importa que les quiten alcaldías, no les importa perder las concejalías, lo que les toca las pelotas de goma, es que les quiten a la policía”. Continúan afilados en “y SIN EMBARGO te quiero” poniendo sobre la mesa el hartazgo contra los bancos y las pocas salidas razonadas que le dejan al honrado ciudadano de a pie ahogado por la deuda. “Modo Dios/a” es una oda a la coca, a la metilendioximetanfetamina y a la paridad, que tiene su segunda parte en “Es pota Cerdo” en la que juegan a despistar a los contertulios de las cadenas fachas, que tendrán que sacarse un cursillo de comprensión lectora si no quieren meter la pata y quedar en evidencia.
Algo más tontorronas son “Sobredosis”, aunque lo de “me pico y no respiro” tiene su gracia (Desde el respeto a quienes por su situación personal o familiar puedan sentirse ofendidos por el humor negro), “Búscalo en el puto google” especialmente dedicada a los hoygan, “Troncos, aceros, maderos” sobre la poli secreta pero sin mucha segunda lectura pero con un potente estribillo y “Nunca más volverás a aplaudir” en la que simplemente desatan su IRA contra la gente que da palmas cuando el avión toma tierra. En “Hungara Chunga” le cantan las cuarenta a Petra Laszlo y Arnaldo Scwarzenegger no necesita más comentario que reafirmar que van a su puta bola y no se preocupan de a quien puedan molestar o dejar de hacerlo sus canciones.
En la parte final del disco recuperan “El problema vasco” como centro temático y claro, cuando pasan de largo la línea de lo políticamente correcto es cuando más nos gustan. “Santísima clandestrinidad” narra el aburrimiento de un etarra exiliado en el país Vasco Francés, donde el toque de queda es a las seis “No aguanto otra pastoral, Prefiero estar en la trena, me entran ganas de asesinar a Erramun Martikorena” “Yo me marcho al caribe (…) no me extraña que al final dejáramos las armas (…) moveremos las caderas con De Juana en Venezuela”. El remate en forma de suite punk en dos partes me recuerda en cierta medida me al jugueteo incómodo que hizo Albert Pla en “Mi novia es una terrorista”; aquí se mezcla amor platónico, pajilleo juvenil y un atrevido retrato de la visión adolescente de la “lucha armada” que se tenía en ciertas zonas durante los años ochenta, con Idoia Lopez Riaño y Urrusolo Sistiaga como protagonistas.
En esta sociedad tan idiota en la que nombrar la palabra terrorismo en cualquier contexto nubla tanto las capacidad de escuchar, razonar y analizar de algunas personas no les queda más remedio que aclarar en plan -lee-mis-labios- “Esto no va para nada de política, esto no va de apología del terror”, por si las moscas, que mira donde terminaron los de los títeres. Mientras suena el último coro no nos quitamos de la cabeza la acertada anotación de The Birra’s Terror en su disco Estamos Todos Acusados “Para qué le explicas nada, si no lo va a entender”.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por LENDAKARIS MUERTOS