No he sido muy seguidor de Immortal. Lo que ofrecían pese a encantarme el black metal no me gustaba, salvo el “At the Heart of Winter” que era un trabajo más relacionado con el death melódico. Lo mismo podría decirse de otros proyectos como “I” del propio Abbath. Sólo un toque de refilón y apneas me dejó constancia.
Así que por mera curiosidad, ya que hoy en día se puede pegar una escucha a un disco muy fácilmente, me puse el nuevo proyecto homónimo de Abbath, echado a andar tras acabar a tiros con su compinche de Immortal, Demonaz y ciertamente me ha llamado mucho la atención, gustándome lo suyo.
No calificaría este trabajo como un disco de metal extremo al uso. Sino que a pesar de estar presente en toda la composición este estilo, aplica todo tipo de patrones metálicos, desde los púramente black, hasta los propios del metal más suave como el heavy, el metal a secas de corte americano, o incluso algunas partes de industrial. Redondea el conjunto un componente melódico para darle su punto épico muy currado. Vamos, que suena mucho a Immortal, mantiene Abbath su personalidad y su rango con esa voz tan característica, pero tiene su frescura y valor propio como para hacer de este proyecto algo distinto sin perder continuidad y sin echar para atrás a los seguidores de Immortal, así como para llamar la atención de otros fuera de la onda del black metal. Quizá se deba a que ha grabado las baterías con alguien ajeno al metal extremo como es Creature: el baterista de Benighted. Y eso le ha dado un efecto más accesible. Por supuesto esto último le ha granjeado malas críticas desde ámbitos más puristas.
Al final ha quedado un álbum con buenos temas como Ashes of the Damned, Winterbone u Ocean of Wounds, sólido y bien pegadizo, que en muchas fases me ha recordado a Behemoth aunque con un pelín menos de agresividad. Para mí una de las sorpresas de lo que va de año.
Comentario por Sewin
Fotografía por ABBATH