A lo largo de sus más de 20 años de carrera los noruegos Borknagar se han establecido como un grupo emblemático de la escena nórdica, en principio como uno de los estandartes del subgénero folk/viking, al que después han ido añadiendo capas y matices de diversas influencias. Cabe pues afirmar para esta gente lo mismo que hace poco comentábamos a propósito del último disco de Ishtahn, Borknagar se encuentra en ese grupo de bandas cuyo objetivo ha sido siempre ampliar los límites iniciales del metal extremo escandinavo. No es casualidad en ese sentido que entre sus fundadores se encuentre el ubicuo Garm, aunque lo que posteriormente en Arcturus o Ulver serían derivaciones hacia terrenos de vanguardia en Borknagar resultó una cierta vuelta a las raíces mediante la incorporación sobre una base de black metal de elementos acústicos y melódicos inspirados en el folklore autóctono, convirtiendo esta amalgama en una seña de identidad fundamental de la banda. Más tarde, incorporaciones como la del vocalista sueco Andreas Hedlund, más conocido como Vintersorg, o músicos procedentes de bandas cono Spiral Architect o Solefald, acercaron más al grupo a terrenos del metal progresivo. A lo largo de este proceso, en lo que ha sido un fenómeno muy habitual en muchas de estas bandas noruegas nacidas a mediados de los noventa, Borknagar ha ido perdiendo la crudeza e inmediatez inicial a cambio de un sonido mucho más pulido y elaborado, aunque parece ser que eso no ha afectado al logo del nombre, que sigue siendo tan imposible de leer como en el primer álbum. A estas alturas del partido, en esta nueva entrega “Winter Thrice” resulta evidente que el grupo tiene muy claro lo que quieren hacer y como lo quieren hacer, lo que reduce notablemente el factor sorpresa respecto a álbumes anteriores, pero a cambio su fórmula se encuentra ya refinada al máximo, las composiciones son todas brillantes, y el disco no flaquea desde la inicial “The rhymes of the mountain” hasta el cierre con “Dominant Winds”. Además, por supuesto, no podía faltar la épica, presente a lo largo de todo el disco y que Borknagar maneja con absoluta maestría. Resulta interesante en este sentido constatar que mientras otras grandes bandas del género orientan más este recurso hacia un enfoque histórico y mitológico, aquí (y de manera repetida en la carrera del grupo) la épica se encuentra más en la lucha del hombre contra la naturaleza, o en la inexorabilidad del ciclo de la vida, como muestran títulos como “Winter thrice” o “Dominant Winds” o párrafos tan esclarecedores como el estribillo de “The rhymes of the mountain”:
“El ciclo de todo, el ascenso y la caída, exuberancia en el derroche, depravación, excelencia en la nobleza estéril, la tradición de una regencia monumental… la escarcha de la montaña”
Tampoco faltan algunas partes rápidas reminiscencia de otros tiempos en temas como “Cold runs the river”, ni progresivas en otros como “Panorama”, o un soberbio “medio tiempo” en “Noctilucent”, con unas muy inspiradas partes vocales y un brillante solo de guitarra cortesía del miembro fundador y líder del asunto Øystein Garnes Brun. Por encima de esta colección de temas memorables aún destaca el propio “Winter thrice”, no sólo porque haya reunido en la misma canción a los tres cantantes que han pasado por la banda, Vintersorg, Garm, y el no menos conocido Vortex, en una especie de “tres tenores” del Black metal, sino por el trabajo de orfebrería que representa la canción en sí, en la que cada voz tiene asignada una parte representativa distinta, partes que se entretejen entre sí y con el resto de elementos instrumentales con una fluidez pasmosa, en una composición que te atrapa.
En resumen, de lo mejor del año, de lejos.
Comentario por Oscar García del Pomar
Fotografía por BORKNAGAR