Cuando un grupo alcanza el estatus de “grupo de culto” puede permitirse seguir su propio camino sin ataduras ni miedo al qué dirán. Está claro que Russian Circles han hecho siempre lo que les ha venido en gana y se han ganado a pulso ese apelativo. Un ejemplo claro es este “Guidance”, donde lejos de suavizar su propuesta para tratar de llegar a un público más amplio, han decidido seguir por la senda marcada en su anterior “Memorial” y volver a meterse de cabeza en los sonidos más densos y oscuros.
No es raro que se les meta en el saco del Post-Rock, pero está claro que ellos viajan solos y que su dirección no es la de tantos y tantos grupos que quieren sonar a Explosions in the Sky. Russian Circles mantienen intacta su identidad basada en bajos machacones, un manejo milimétrico de los loops y un Daver Turncrantz original, contundente y con un sonido totalmente personal y reconocible.
Ya la portada de “Guidance” vaticina que su intención no es la de complacer. Cada vez dejan ver su faceta amable menos frecuentemente y lo oscuro se abre paso de una forma imparable.
Casi sin darnos cuenta, tras la suave brisa de “Asa”, nos meten de cabeza en el Infierno con “Vorel”. Después, pocos momentos de respiro vamos a encontrar hasta que a los 40 minutos terminemos el viaje, magullados y doloridos en “Lisboa”. Pero en esta escarpada travesía hay muchas satisfacciones, y aquí, entre otras cosas, es donde entra la originalidad de las baterías que mencionaba antes. Un ejemplo es “Afrika” que si se le quitasen el resto de pistas y se dejase sola a la batería seguiría mereciendo la pena.
Después de “Afrika” tenemos uno de los pocos remansos de paz y ensoñación que hay en este disco con “Overboard”, que nos prepara para una recta final épica donde lo bonito se vuelve áspero y lo áspero nos deja con ganas de mucho más.
Parece que Russian Circles llevan un par de discos optando por hacer temas menos concretos y más ambientales donde las atmósferas marcan el paso. Esto es lo que han hecho siempre en los directos. Cada vez que les he visto hay más humo y más graves. Sin duda, temas como “Vorel” o “Mota” van a volverse unos clásicos en su repertorio. Y no es precisamente porque no tengan temazos donde elegir.
Comentario por Fran Martinez
Fotografía por Andrea Petrovicova