Han tenido que pasar diez años para que “Genocido Cultural” tenga su sucesor. Nos dio bastante tristeza en su día ver como una de las bandas más potentes que nunca ha dado Cantabria colgaba los instrumentos indefinidamente en un momento envidiable de forma. A veces la vida no deja espacio suficiente para la música, sobre todo cuando empieza a irte relativamente bien y el trabajo de grupo es más intenso. Hablaremos con ellos en la radio pronto y nos contarán todo, pero por lo que tengo entendido han estado ensayando en momentos puntuales durante este tiempo, de manera no muy constante, hasta que en esta última temporada se han puesto las pilas de verdad para darle un empujón a este, su segundo (tercer) disco. Ha merecido la pena la espera.
Las bases ya estaban sentadísimas; florituras las justas, y metal muy potente, con voces agresivas pero a la vez lo suficientemente melódicas como para darte cuenta de que después de escucha y media ya tienes grabados algunos riffs y estribillos a fuego para siempre. Las letras siguen cargando contra la situación política y social y contra la basura en los medios de comunicación. En este aspecto tampoco se andan por las ramas y el mensaje queda bien clarito a la primera. En cuanto al sonido que han conseguido en Estudios Vindio hay que decir que se declinan por una producción muy nítida y muy salvaje, al estilo de las bandas de metal de principio de milenio. A poco que aprietes la rueda de volumen vas a sentir unas ganas irrefrenables de volver a verles en directo, aviso.
Como en cualquier buen regalo el paquete también es importante, y en este caso la imagen ha corrido a cargo de Lucrecia Fraile. Un diseño sobrio, efectivo, elegante y que creo ha captado muy bien la esencia de Propaganda. Un gran broche estético para un plástico que a nivel de composición, producción, e interpretación apunta altísimo. Uno de esos discos que te hace sentir orgullo del metal que se forja aquí al lado.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por PROPAGANDA