Cuando uno se va haciendo mayor el tiempo parece pasar mucho más deprisa. Estaba revisando los archivos y hace ya más de 200 semanas que Pandemia nos visitaron por primera vez. En ese tiempo han pasado muchas cosas en la banda, dejaron atrás su etapa en castellano, afianzaron su estilo hacia el Thrash Metal más puro dejando de lado otras influencias, cambiaron el liderazgo vocal, y finalmente encontraron un nuevo batería. Tras su último EP nos encontramos también con un cambio de logo y sello que parecen indicar que tras todo este tiempo han marcado un punto y aparte que pretende ser el inicio de un párrafo más importante en el que sus aspiraciones miran al resto de la península y quien sabe si más allá, sin ningún complejo.
El primer golpe encima de la mesa de Behind Enemy Lines es visual, con una impactante portada a cargo de Daemorph Art que captura sin ningún lugar a dudas el espíritu ochentero que persiguen, pero con un aire actualizado. La portada ya nos da pistas de por donde van las letras, ya que en sus propias palabras, no les mola hablar de temas políticos o de amor, así que gran parte de sus referencias van hacia la cultura basura o de serie B, tal y como demuestran temas como “Zombie Alliance” o “Chemikaze”.
El sentido musical del disco se puede resumir en dos palabras THRASH – METAL. Si buscas otra cosa no la vas a encontrar. No hay escarceos con otros estilos o muchas sorpresas a lo largo del disco, pero sí vas a encontrar ritmos endiabladamente rápidos, solos 100% dentro del género, voces que parecen traídas del puto ochenta y cuatro y coros que te animan a engorilarte frente al escenario. En cuanto a la produción destaca un sonido crudo y que refleja de manera bastante realista a los Pandemia de directo.
Sin duda este paso adelante en todos los sentidos va a conseguir llamar la atención de cualquiera que disfrute o haya disfrutado con el estilo y va a llevarles a lugares y oídos con los que probablemente hace 200 semanas sólo soñaban. Pandemia se encuentran en un punto interesantísimo de su carrera y es más que probable que en 200 semanas más nos hallemos de nuevo sorprendidos observando como han seguido creciendo ante nuestros ojos.
Comentario por Oskar Sánchez