No me ha sido fácil asimilar la tercera entrega de los renovados Alice In Chains a la primera escucha. Digamos que he tenido que escuchar este álbum varias veces y pasar por una especie de proceso de maduración para llegar a vislumbrar la verdadera genialidad de este discazo y la magnitud de sus nuevas canciones. Ha sido entonces cuando he comenzado a encajar todas las piezas de su rompecabezas sonoro y a disfrutar de todos sus temas. Tengo que admitir que incluso hubo un momento en el que casi tiro la toalla porque no me parecía que este álbum estuviese a la altura de mi adorado “Black Gives Way To The Blue”. La banda había dejado el listón tan alto en ese trabajo que casi me parecía imposible que fuesen capaces de reunir la creatividad suficiente para superar tamaña proeza. Pero después de familiarizarme con él la cosa cambió por completo.
Me encanta el título de este álbum, su nombre está inspirado por el famoso Monte Rainier que domina de forma majestuosa el horizonte de la costa de Seattle. Si has estado allí sabrás que se trata de una visión casi mágica. “Rainier Fog” ha sido grabado en los estudios Bad Animals, siendo la primera vez en veintidós años que Alice In Chains graban en la ciudad que les vio formarse. El sonido de la banda sigue siendo único e inimitable. La base rítmica formada por Kinney e Inez sustenta a la perfección a las poderosas guitarras de Cantrell y el bueno de Duvall va cobrando cada vez más protagonismo en las canciones. El cantante sigue dejando casi todo el peso al gran Jerry Cantrell, pero en esta ocasión se las ha arreglado para dar un aire fresco a las opresivas melodías de la banda.
El álbum abre con el tema “The One You Know”. Esta canción posee un riff incisivo y unos bajos demoledores. Jerry Cantrell se desgañita a gusto a lo largo de todo el tema y se luce con un soberbio solo de guitarra. La canción surgió a raíz del tema “Fame” de David Bowie, Cantrell la escribió después del fallecimiento de este último.
En “Rainier Fog” meten la directa y Duvall se apodera de la voces hasta que llega ese típico cambio de ritmo marca de la casa y Jerry Cantrell finiquita el tema de forma magistral. Esta canción es un homenaje a la escena de Seattle; la demo original fue grabada por Cantrell en su casa de Los Ángeles con la ayuda del bajista Duff McKaggan de Guns N´Roses.
Con “Red Giant” la banda nos introduce en uno de sus famosos abismos sonoros a base de riffs crujientes y metaleros. Se trata de uno de los momentos más oscuros y monolíticos del disco, un tema ideal para meditar y dejarse llevar hasta la hipnosis a través de la oscuridad de sus ritmos.
En “Fly” Jerry Cantrell nos deja ver el alma country que lleva dentro y nos regala un temazo que recuerda a los tiempos de “Boggy Depot”. Una verdadera delicia.
“Drone” es un blues metalizado potente, fangoso, y demoníaco. Cantrell deja ver su inmenso feelin y la base rítmica se luce a gusto. El guitarrista Chris DeGarmo de Queensrÿche aporta su granito de arena.
“Maybe” contiene un largo y fabuloso estribillo con un interludio sencillamente épico que recuerda a temas del álbum “Jar Of Flies”.
“So Far Under” posee un estribillo bestial tipo sludge metal que se asemeja a un motor bajando de revoluciones. Duvall comentó que la letra trata sobre sentirse en inferioridad numérica, rodeado, y enfrentando cuotas aparentemente insuperables. Por lo visto se inspiró en circunstancias personales y en el suicidio de un amigo suyo.
Duvall vuelve a la carga y sigue reclamando protagonismo en “Never Fade”, uno de los temas más rápidos, contundentes, y sabrosos de este ”Rainier Fog”. El estribillo y el solo de guitarra de Jerry Cantrell te pueden partir el alma en dos.
El disco cierra con “All I Am”, un tema melancólico que nos envuelve en una insoportable sensación de tristeza.
Nacho García Álvarez