Hace poco leí a Alaska decir en una entrevista que el Rock se había estancado y nadie esperaba que avanzase más. Cómo era de esperar hordas de rockeros se lanzaron a su yugular vía twitter rasgándose las chupas de cuero. Pero a lo mejor tiene razón. Leyendo un poco más lejos del titular también decía que había pasado lo mismo con el rockabilly, que los Stray Cats estan de puta madre, pero eso no quiere decir que nadie espere ya muchas innovaciones en el género.
Todo depende de la semántica. De a qué le llamemos Rock tú y yo. Y ella. Si el Rock es un paraguas que se abrió a mediados de los cincuenta, diez años antes incluso, y que sigue resguardándonos de la lluvia con un pie puesto en la tercera década del siglo XXI, aceptamos barco. Si el Rock es Hank Williams y también son Asking Alexandria, entonces el rock no morirá nunca. Si prefieres aplicar de manera estricta la tabla de los subestilos, entonces no te sorprendas ante lo evidente, una vez inventado el fuego, el resto sólo pueden volver hacerlo arder.
Dice Steven Wilson que Greta Van Fleet son una banda tributo. Por esta misma polémica ya han pasado otras bandas, Airbourne, mismamente. Shake your Money Maker, o Definitely Maybe me parecen un discos enormes, pero hay que reconocer que ni Oasis, ni Black Crowes eran las bandas más innovadoras del momento. Steven Tyler, por cierto, fue llamado imitador barato de Mick Jagger en más de una ocasión mientras firmaban sus primeros, e imprescindibles trabajos. Todo depende de las expectativas. Si me gusta la música clásica y me flipa el barroco, si quiero componer algo en esa línea y ceñirme a esos cánones, es muy probable que acabe sonando a Bach. Es que igual, si no suena un poco a Bach no es el estilo que realmente me gusta. Ahí sólo cabe la decisión personal y la forma de entender la música. ¿Merece la pena componer música Barroca en el S. XXI? ¿Qué es más importante, innovar y ser genuino o hacer buenas canciones? ¿Puede un pintor actual hacer un buen cuadro impresionista, o el impresionismo se cerró para siempre y ya nadie debe utilizar esa técnica?
Si lo más importante es no parecerse a nadie, acabaremos haciendo música rarísima sólo por el hecho de ser distintos. Si no aportamos un poco de carácter diferenciador acabaremos grabando una y otra vez el mismo disco.
Greta Van Fleet suenan a Led Zeppelin por los cuatro costados, eso es innegable. Robert Plant sonrie con cierta sorna al sentirse reconocido y dice que le parece divertido, sin más. Ahí están. Anthem of the Peaceful Army no va a cambiar la historia de la música, ni tampoco creo que lo pretenda. No es un disco increíble, pero es un buen disco. No sé si Greta tendrán un gran futuro y encontrarán un camino más propio, pero mientras tanto, si me les encuentro en algún festival, pienso dejarme de hostias y disfrutar de su hard rock setentero traído al presente con alguna extraña máquina del tiempo.