Los fans de Slipknot están de enhorabuena. 5 años después, la banda de Iowa vuelve a la carga publicando su sexto disco en estudio: We are not your Kind (Roadrunner records).
Los meses previos al lanzamiento del álbum no fueron precisamente un camino de rosas para el grupo. En Octubre del año pasado presentaron “All out life”; canción que parecía una vuelta de los Slipknot más agresivos, y que sorprendentemente no fue incluida después en el disco; en Marzo de este mismo año, Chris Fehn, hasta entonces percusionista, fue expulsado después de denunciar a la banda, por lo que según él, era un reparto desigual en los beneficios generados en las anteriores giras. En su demanda, Fehn, señalaba principalmente al vocalista Corey Taylor y al percusionista, Shawn Crahan, a los que acusaba de crear empresas paralelas a Slipknot de las que él no se había beneficiado económicamente. Como diría aquel “pseudo-político” de cuyo nombre no quiero acordarme: es el mercado, amigo.
A mediados de Mayo se presentó el primer single: Unsainted, que fue aprovechado también para presentar los nuevos diseños de las máscaras de los componentes del grupo, que no gustaron entre sus fans más acérrimos. En el vídeo también aparecía el nuevo percusionista (el sustituto de Fehn) y del que todavía se desconoce su identidad. Días después, se conoció la triste noticia del fallecimiento de la hija menor de Shawn Crahan, víctima de una sobredosis.
Ante tales circunstancias y con este panorama, no debe ser nada fácil ponerse en marcha y comenzar una gira por todo el mundo que entre otros sitios aterrizaría a finales de Junio y principios de Julio en sendos festivales de España: Download Festival en Madrid, y el Resurrection Fest en Viveiro. Pero como “empresa” del mainstream que son, Slipknot pusieron toda su maquinaria en acción. En Agosto, por fin llegó la mejor de las medicinas ante tanta “noticia”: su nuevo trabajo.
El disco, producido de nuevo por Greg Fidelman, comienza con Insert Coin: una intro oscura y un tanto siniestra que desemboca directamente en la anteriormente mencionada Unsainted. Un corte efectivo y facilón que añade una novedad a sus anteriores trabajos: un coro “épico” acompaña a Taylor en su comienzo. El vocalista, como es norma habitual en él, sabe jugar muy bien entre las melodías y la agresividad. Sin ser nada del otro mundo, parece claro que a partir de ahora esta canción será un fijo en sus conciertos.
En Birth of the cruel encontramos unos Slipknot más pesados y donde ya nos hacen agitar la cabeza a ritmo de guitarrazo (como mandan los cánones). En Nero Forte (con estribillo agudo incluido) la velocidad aumenta considerablemente y se nos empiezan a acelerar las pulsaciones; algo que queda ratificado en Critical Darling, Red flag y sobretodo en Orphan, donde nos llega el aroma de lo que para mí es el mejor disco de toda su carrera: Iowa. Entre medias se cuela A liar´s funeral, una especie de balada con un toque oscuro que no llama excesivamente la atención. En Spiders se permiten el lujo de experimentar con la electrónica, y escuchamos un solo de guitarra que contrasta enormemente con los riffs machacones de Jim Root y Mick Thomson, santo y seña del grupo y que, como no, predominan en este trabajo. Guitarras que se hacen notar en menor medida en Not Long for this world donde el mayor protagonismo es para la voz melódica Corey Taylor.
Los interludios Death Because of Death, What´s Next y sobremanera la oscura y electrónica My pain, con más de 6 minutos de duración, no parecen aportar nada destacable al disco. Parecen más relleno que cualquier otra cosa.
No suele ser habitual, pero en este caso nos han dejado la mejor de las sorpresas para el final. El último corte (y segundo single del disco), titulado Solway Firth, es un TE-MA-ZO en toda regla. Sin querer pecar de exagerado, creo que esta puede ser una de las mejores composiciones en la historia de la banda. La canción, comienza con un Taylor sintetizado y fúnebre y cuando no lo esperas, un vendaval te arrasa en forma de riffs de guitarra. Mención aparte merece el trabajo de Jay Weinberg a la batería durante todo el disco y en esta canción en particular (su doble bombo final es para enmarcar). Ha conseguido en este trabajo una cosa que parecía muy difícil hasta hace bien poco: que en ningún momento echemos de menos a Joey Jordison.
En definitiva, podemos decir que este trabajo contentará a los seguidores de la banda. El disco es en esencia, 100% SLIPKNOT. La producción es impecable (como no podría ser de otra manera), contiene sus principales señas de identidad y añade ciertos matices renovadores, aunque creo que insuficientes. Tiene buenas canciones (alguna muy buena) pero da la sensación que le falta algo para llegar a emocionar. Si lo que buscas son grandes novedades o una vuelta al sonido “más duro”, me temo que aquí no lo vas a encontrar.
En los 20 años (recientemente celebrados) que separan el álbum homónimo con este We are not your kind, el sexteto de Iowa ha alcanzado tal nivel de popularidad y una posición tan “cómoda”, que resulta difícil creer que puedan llegar a sorprendernos de nuevo con alguna obra maestra. Mientras tanto, sólo nos queda un camino: seguir disfrutando de su música. Será la mejor de las noticias.
Asier Sáinz