Es curioso como el movimiento circular de la historia del rock and roll nos ha traido de vuelta al punto de partida, con un resurgimiento de los EP’s y los Singles, ahora como estrategia de focalización sobre unas pocas canciones en un mundo con demasiadas propuestas como para entretenerse en nada. Muchos de los grupos que entrevistamos sólo le ven virtudes: te permite estar más presente, te permite obtener autorecompensas de manera más frecuente, te ayuda a no morir en el intento de grabar un disco largo en mil ratos a lo largo de un año, o a no tener que hacer una inversión tan fuerte, o a poder apostar a tope por una producción más grande, aplicada a pocos temas. Todo son ventajas.
Que David Moikave tiene una energía especial lo descubrimos bien pronto, al comprobar que es capaz de mantener la tensión de las canciones con la misma solidez, ya tenga detrás una banda con vientos así como en trío o sólo con la ayuda de una guitarra acústica o un dobro. Partiendo de ese punto, una buena canción va para adelante sola, y si la arreglas y produces con la potencia y sabiduría que ofrecen los estudios Cubex sólo puede acabar siendo un pepino. ¡Santo Pepino, hijo!
Son tres temas, más una pista de paranoia que sólo podrás escuchar si te haces con el vinilo. El conjunto, instrumental ha subido enteros con respecto a sus dos largos y hace reventar los bafles con una base Blues Rock que se adorna con cierto toque Nueva Orleans en la primera, un envolvente sonido de órgano en la segunda y un ritmo chamánico que vuelve a desembocar en los vientos en el último corte.
En el videoclip de presentación Moikave, nos cuenta sus problemas amorosos con las mujeres maduras: al final se inmola y que sea lo que tenga que ser, ¿Quién no ha estado ahí? El vídeo y la letra están llenos de referencias tan sutiles como divertidas. Mira al caniche vestido de fucsia, por que es la puta clave de todo el plan. De hecho, es esta ironía con la que se maneja los dobles sentidos en las letras consiguiendo que necesites varias escuchas para comenzar a sacar conclusiones, la que añade ese punto extra que le sitúa, en nuestra opinión, como una de las propuestas cantadas en castellano más interesantes en su estilo.