En algún momento de los cinco primeros años del S.XXI, recibí un sobre con un par de discos de promo, allí descubrí a Aphonnic y Blood. Así conocí a Zufo, por aquel entonces responsable del sello y agencia de prensa Mutant-e records. Gracias a él fui descubriendo otras interesantes bandas del panorama underground, como Crow Nest, Brutalizzed Kids, o Killus. Cuando comenzó a editar los recopilatorios (AE)Quilibrium me di cuenta de que sus obsesiones musicales se movían siempre cerca del metal moderno, y el industrial ya fuera metal o electro.
Sobre el año 2010 Blood llegaban a su punto final. Atrás quedaba más de una década de lucha en los escenarios y de recorrer la península de punta a punta cada fin de semana. Supongo que por algunos momentos Javi Oriente pensó que era el momento de descansar, montar algo más pequeño y trabajar en la cercanía, tal vez con algún concierto de vez en cuando. Ahí nació Mind Driller; si no querías caldo, toma siete tazas. Tres cantantes, y una formación que poco a poco comenzó a hacerse grande hasta acabar rompiendo con los objetivos más inalcanzables para su anterior banda, comenzando a ser cada vez más presente en los escenarios de los festivales nacionales y abriéndose un hueco en los internacionales.
Hasswut debería haber sido el hermano pequeño del hermano pequeño, un divertimento en el que Javi y Dani diesen rienda suelta a sus fantasías electrónicas con ayuda del viejo amigo Zufo, pero como un Gremlin que ha comido pasada la media noche, el proyecto demostró pronto que no tenía ninguna intención de quedarse donde sus dueños se habían propuesto. Y es así como en 2020, ya imparables, publican su tercer disco, y siguiendo los pasos de Mind Driller dan el paso a la potente Art Gates para terminar de abrir las puertas de su mercado natural, Europa.
Atomkrieg es un disco que no se deja hacer sombra por ninguno de los referentes del Electro Dark y el Industrial. Sonarían demoledores entre Combichrist, Hocico, Ministry, Agonoize, New Order, Hatari y Gothminister mientras que el sistema anti-incencios escupe sangre sobre los cuerpos sudados ante las luces flasheantes, en la mítica Rave de la película Blade.
La voz de Dani atruena tanto en alemán como en castellano, las secuencias son matadoras como un taladro en el cerebro, oscuras y épicas. Javi aporta guitarras gordas con ese punto extra de metal que hace que los heavies consigan disfrutar del techno, sin tener miedo a traicionar a sus principios.
No tengo muchas esperanzas de que un grupo como Hasswut sea nunca entendido a nivel masivo en esta España nuestra, pero estoy convencido de que están ya en la lanzadera, dispuestos a saltarse ese paso si hace falta y a petar las discotecas oscuras allá donde las haya. Tienen un directo que dispara como un bazooka y Atomkrieg es la munición perfecta para volarte la puta cabeza si decides ponerte en medio.