Hace cosa de dos años que descubrí a la banda torrelaveguense Ojo Pipa, y “¿Qué fresco, no?, es la frase que no paro de oír en la gente de mi alrededor sobre el sonido que hacen Víctor y Dani.
Somos muchos los que preguntamos a la banda aquello de: “¿el disco para cuándo?”, ya que solo tenían subido a su bandcamp los temas “El jari de la yaya” y “Carne picá”. El pasado mes de febrero nos presentaron (lógicamente en las redes sociales, esperemos que haya una presentación física en un futuro) su primogénito “Ojo pipa” el cual fue grabado el verano del año pasado en Drive Division Studios, compuesto por seis temas y con una portada bien chula realizada por Gabi.
Una de las cosas que molan de esta banda, es que te cuentan las historias de sus canciones de una forma que no te lo esperas, como el tema que “abre” el trabajo: “Carne picá”. Lo que al principio puede parecer un tema gracioso o “de coña”, resulta ser un drama de los de toda la vida, de los que le puede pasar a cualquiera, como es tener una relación con alguien que te hace más mal que bien y que te deja el corazón hecho cachitos (“como carne picá”). Me gusta un montón la parte más “Destroyer” con riff súper garajero, con Dani dejándose la garganta y las partes en las que Víctor ayuda al cantante a contarnos la historia.
Y como no todo son dramas en la vida, con “Tate al solete” tenemos un rollo más de tranqui y buen rollete, playita, pececitos, piti: el “ay, qué a gustito estoy” style. Lo que parece que es un tema muy lineal, no lo es, ya que hacia el final de la canción, nos meten un corte bien guapo para que no nos quedemos mirando a las gaviotas de la playa y dejarnos cantando “Uuhhh, na, na, nanaaa!”. Y así sin darnos cuenta, nos meten “El jari de la yaya”, uno de los temas que más le molan al público, melodía tranquila para segundos después meter tiza y contarnos que la yaya le había “dao” un buen chuletón por “empanao”. Estos cortes y ritmos ya tienen una personalidad que les hace muy característicos y que si eres de los que le gusta buscar explicación a todo, no va a entender un carajo, gustándome especialmente la parte del final en la parte instrumental, los cambios de ritmo y acabar gritando como locos “¡Yayaaaaaaaa!. ¡Yayaaaaaa!”. ¡Brutal!.
Otro temazo al canto que llega como es “Tortilla de patatas”, donde dicen que quieren madrugar a las 2 y a zampar al sillón. No son tontos, no. Recuerdan viejos tiempos y van subiendo la intensidad esta vez de forma más progresiva donde en directo no puedes evitar acompañar levantando los brazos, y acabar todos cantando lo que es ya un himno “Una tortilla deeee….patataaa”. Y como son muy putos amos, el álbum se llama como el grupo y tienen un tema con el mismo nombre. ¡A tomar por saco!. Y como no podía ser de otra forma, un locurón de tema “No me llames lento, que si quiero te meriendo”. Locurón de sonido, de ritmo, de coros, de letra, de todo. Eso es Ojo Pipa, sin trampa ni cartón. El último tema del trabajo es mi favorito “Pifostio”. Con un ritmazo desde el principio divertidísimo, muy llegón pero muy currado (que una cosa es ser directo y otra simple). Hasta las narices de los cuentos y en busca de la desintoxicación necesaria, flipas como un dueto te pueden transmitir tanto y meter tantísimos matices en un solo tema. Y no quitarías nada de nada.
El sonido de Drive Division les ha venido al pelo a la banda, además me han dicho un pajarito que tienen un vídeo “en el horno” que tienen muchas ganas de mostrarnos.
Álex Kennedy