A no ser que hayas estado metido en una cueva durante la última década dudo mucho que tenga que contarte, a estas alturas, quién son Crisix. Desde Igualada, pero con la vista puesta en todo el planeta, tras la estela de Angelus Apatrida, el Thrash Metal de aquí se abre paso en la comunidad internacional.
Tras un bombazo como Against the Odds, Crisix han decidido no parar la máquina y embarcarse en una aventura que les llevará a publicar varios álbumes temáticos, que les permitirán estar muy activos y presentes mientras componen nuevos temas. Este es el número #1 de sus Sessions y está dedicado al Thrash Metal Americano, pero prometen que habrá más en los que abordarán otras de sus influencias, como la NWOBHM o el Crossover.
El Thrash Metal siempre fue soltar la mala leche mientras te divertías en un local mugriento consumiendo ingentes cantidades de cerveza. Este disco tiene ese ambiente, sobre todo parece un divertimento, una forma sincera de homenajear a bandas pioneras y reenfocar sus temas desde una perspectiva actual. Por otro lado, cumple cierta función enciclopedista, de ratón de biblioteca, de enseñar el evangelio a los niños. Desde la misma portada hasta la propia colección de canciones todo es un gran empujón para que los chavales se vuelvan locos buscando material de la época dorada.
Como ellos mismo explican han querido huir de lo evidente, no hay Megadeth, Metallica o Slayer, aunque sí Anthrax, Testament o Exodus, y otras algo menos conocidas como Forbbiden, EvilDead, Nuclear Assault o Vio-Lence.
El disco se disfruta tanto si conoces el material original como si es la primera vez que estos temas pasan por tus orejas. Para mucha gente será una buena colección de versiones, para otros un buen disco de Crisix. No importa tanto en realidad. Funciona de igual manera. Nos parece un gran trabajo, y esperamos con curiosidad los siguentes números de la colección.