La música de Ghost puede gustarte o puedes aborrecerla, puede que incluso te resulte indiferente, o que creas que no es para tanto, pero que Tobias Forge es un genio del Marketing es un hecho que muy poca gente se atreve a negar.
En realidad, como casi todos los grandes, no ha inventado la formula, sólo ha sido muy habil al encontrar ciertos ingredientes que funcionan muy bien juntos y los ha combinado en un buen guiso. Melodías pop, referencias constantes al ocultismo setentero, guiños a la invasión inglesa, al disco, o al heavy metal más clásico, y estética inspirada en la imaginería más poderosa de la historia, la de la iglesia católica (con permiso de los Nazis, que también cuidaban mucho sus peinados).
Después del lanzamiento de su segundo álbum Infestissuman de 2013, encontraron una formula perfecta para prolongar la vida de sus discos y acercarles un poco más a aquellos grandes clásicos de los que se extraía single tras single, y sonaban en las radios durante meses o incluso años. La industria ya conoce de sobra el truco de la reedición con temas extras, pero Tobías la ha llevado un paso más allá: Primero el disco, después un EP o single con los cortes que se quedaron fuera o alguna versión, por último las reediciones incluyendo el disco y los temas extras, incluyendo la alternativa de comprar lujosos packagins con todo tipo de parafernalia. Si la música es gratis en la red, hay que reinventare, y vender si hace falta el alma, envuelta en terciopelo rojo.
Maniobras comerciales aparte, nos encontramos ante dos nuevos temas irrenunciables, que se te pegan al cerebro a la segunda escucha y ya no puedes olvidar jamás. Se repite el efecto que consiguieron con Rats – Espera, esto no mola tanto, oh, espera, a lo mejor sí, oh, ¡demasiado tarde! – y antes de que te des cuenta te han insertado dos jitazos de discoteca. Son así, y si caes en la tentación de disfrutarles en directo no lo olvidarás jamás. Para algunos son una pantomima, a mi me parecen puro vodevil.
En condiciones normales seguramente estaríamos ya disfrutando del nuevo papado, comprobando si las teorías eran ciertas y después de Prequelle vendrá un Sequel en el que en lugar de hacer referencia a sus primeras y más ochenteras influencias, viesemos su yo más evolucionado. Pero quién sabe, a lo mejor tienen otro tipo de sorpresa completamente distinta escondida en la parte más oscura de la sacristía.
El S. XIV y la peste, Dante, Boccaccio, Petrarca o Brueghel el Viejo siempre fueron parte de su fuente de inspiración, estamos seguros de que este nuevo tiempo oscuro no será en vano para Emeritus IV, y encontrará buena forma de transmutarlo en otro disco de oro.
Así sea.