Allá por los 90s, cuando estalló la fiebre grunge, andaba con la oreja aún pegada a los sonidos más metaleros mientras que la legión de fanáticos de Nirvana y Pearl Jam crecía sin parar. Pearl Jam era una banda que me gustaba, pese a lo divertido que era increpar a los “grungeros” que a su vez te vacilaban por “jevy” en nuestros etílicos encuentros en bares musicales. Realmente no escuchaba al grupo con devoción, pero era una banda que me gustaba lo suficiente como para degustar un buen puñado de canciones suyas.
Ha pasado el tiempo y Pearl Jam se ha ido consolidando como banda referente, clásica y lo que se podría considerar ya como unos dinosaurios del grunge, sin que tenga que ser necesariamente un calificativo despectivo.
Con una carrera tan dilatada que ha pasado por puntos de popularidad tan altos, la dirección de cada disco se cuestiona casi por defecto, bien por perder los orígenes o bien por no salir del “Día de la Marmota”. Tras el álbum Lightning Bolt, etiquetado como decepcionante, el grupo sacó el single ‘Can’t Deny Me’, una canción rabiosa y reivindicativa que me enganchó a la primera y que, erróneamente, tome por adelanto del nuevo disco cuando en realidad era una canción aislada.
Así llegamos a Gigaton, un disco suficientemente bueno como para ser elegido como Disco de la Semana (puede que más por reconocimiento a la trayectoria que al propio álbum), pero no tan notable como para que se preste a reseñarlo alguno de los auténticos fieles que se han ganado en su historia.
El primer adelanto del disco, ‘Dance Of The Clairvoyants’, me pareció muy prometedor. Una apuesta arriesgada con batería muy procesada y sintetizadores galácticos sobre los que la voz de Eddie Vedder es lo único que ata realmente al universo Pearl Jam. Parecía que el álbum podía ser un buen volantazo experimental para enjuagar los orejas de su público, e incluso rabiar a los más talibanes. Pero nada más lejos de la realidad. El resto del disco parece que peca de cierta complacencia con los seguidores más puretillas, tirando por lo te puedes esperar de ellos. Me parece un tiro en el pie, ya que con la primera carta de presentación llamas la atención de una nueva audiencia provocando las reticencias de los más fanáticos, para luego no dar continuidad a los primeros y haber marcado una distancia con los segundos.
Eso no quiere decir que no haya buenos temas, que los hay, simplemente indica la ausencia de sorpresas más allá del primer avance publicado. De hecho el segundo adelanto, `Superblood Wolfmoon’, está realmente bien, y ‘Alright’ es quizá de lo más destacable de todo el trabajo. A partir de ahí, exceptuando algún oasis de rabia sonora, mucho pasaje ambiental que llega a ser un poco somnoliento, a lo que ayuda los “official visualizers” de Youtube ilustrados con vistas aéreas de paisajes motañosos extremadamente relajantes.
En definitiva, un buen disco que no tiene pinta de pasar a la historia más allá de por su amago de giro musical. Quizá diga barbaridades o no tenga ni idea de que estoy hablando, pero como vengo avisando, a los “grungeros” originales parece que este Gigaton no les ha llamado tanto la atención como para plasmar su opinión y todo ha quedado en boca de este “jevy”.
Juanma Pinto