DESAKATO es una banda de punk-rock, procedente de la Llanera, Asturias, gran referente en el panorama actual nacional, que cuenta con siete trabajos discográficos a sus espaldas, siempre caracterizados para la rabia, la razón y la personalidad. A finales del mes de marzo llegaba su nueva obra: LA MIEL DE LAS FLORES MUERTAS.
Desde el diseño de su portada (Héctor Castañón) y cubierta podemos ver que estamos frente a un trabajo que no va a dejar a nadie indiferente. Es de esas imágenes que impactan y que a la vez: invitan a la reflexión. Algo que caracteriza a todo el disco. La imagen de la rosa azul de pétalos que empiezan a marchitarse, la tierra de color ceniza y la explosión del humo tras el fuego.
El vuelo de este disco se ha visto acompañado por los tiempos convulsos que hemos vivido con el virus y que seguimos viviendo desde entonces, y quizás es por eso que su escucha se hace obligatoria para todos los que gusten del punk-rock y de las letras directas que crean cenizas en el corazón y remueven conciencias. Lo necesitamos más que nunca para despertar.
El álbum abre con la canción Apátridas. De inicio lento, la melodía suave de la guitarra nos va introduciendo en un mundo de heridas abiertas para después llenarnos con esa energía machacona a la que nos tienen acostumbrados, despertando las conciencias y haciéndolas latir con fuerza desde el primer alarido de voz rota de Pepo. Una de las canciones con las que más he conectado de todo el álbum.
“Por las vidas que se perdieron,
hay lecciones que nunca hay que olvidar,
como piedras que impasibles
resisten la erosión del tiempo.
…
Por los árboles que cayeron
y los huesos que nunca se hallarán,
las estrellas aún brillan en el cielo.”
Continúan abriéndonos los ojos, tema a tema, con Hipnotizados, Nuestro Legado que nos recuerda lo necesario de «luchar, hasta el último asalto» y Elegante Entierro que nos recuerda la brevedad de la vida y el deber de aprovecharla como si fuera a acabarse en un suspiro.
Destacar la emotiva canción L’Estrueldu, en Llingua asturiana, la más interiorista y a corazón abierto de todas, que a mí personalmente me ha encantado.
“Sigo llambiendo heries
y escribo, pa nun alloriar
hestories inventáes
qu’ esnalarán col vientu
pan un xurgar y ser consciente
de que nunca paro de sangrar”.
La Tierra prometida regresa con los medios tiempos y las voces más lentas y decadentes en susurros que claman atención, algo que Pepo y Pablo saben cómo manejar perfectamente y que siempre consiguen en el oyente con su dualidad y con los tempos en los instrumentos.
Nueva Religión regresa con los desgarros en las voces y la energía de guitarras, bajo y batería, en un balance sincero de la sociedad en la que vivimos, una composición que no deja indiferente a aquel que sabe escuchar más allá.
Siguen con La colmena, Hijo de Puta, Sombras, la segunda de lírica más íntima que nos hace apretar los párpados en busca de respuestas que no siempre estamos preparados para escuchar.
Cierran de la mejor manera, en su lengua con Nin Dios nin Rei, sacándonos una sonrisa de esperanza, con un tema muy indicado para cierre en los directos y que se convertirá en un himno.
Los asturianos juegan, una vez más, con los cambios de ritmo durante todo el álbum, desde los tintes más melódicos al punk-rock canalla que les caracteriza, con esa mezcla de voces entre Pepo y su garganta desgarrada y la voz limpia de Pablo que resulta perfecta en la narración de las composiciones líricas, bailando junto a la exquisitez de guitarras, bajo y batería, todo perfectamente armado para presentar su último trabajo diferente a los anteriores y que avanza un paso más en su construcción por la amalgama de estilos en las melodías.
Estamos frente a un disco enérgico, de riffs potentes y con personalidad propia, de desgarros de voz que permiten brotar la ira, perfecto para el directo, con partes melódicas y pausas que invitan a paladearlo despacio y a reflexionar y otras que recargan las pilas para enfrentar estos tiempos duros con una chispa incandescente.
La miel de las flores muertas está repleto de matices que vas descubriendo a medida que se aumentan las escuchas, y que al igual que en sus anteriores trabajos, tiene entre sus letras las píldoras indicadas para hacer despertar a una sociedad bastante dormida y auto silenciada.
Desakato nos recuerdan una vez más que no debemos perder nuestra esencia ni olvidar nunca nuestras raíces, que el ser humano es el único capaz de destruirlo todo o cambiarlo todo.
Un nuevo álbum para reflexionar y para no perder el norte. Como nos enseñaron en su EP “Antártida”, con su canción La Cura: somos la peor enfermedad, la cura y la respuesta.
Quizás ha llegado el momento para dejar de ser flores muertas.
Rebeka Bañuelos.