Igual que en los ochenta los Stray Cats reivindicaban los cincuenta. Igual que en los noventa Oasis sonaban a Sesentas o The Black Crows a los setenta, la dorada época del Grunge ya se ha convertido en clásica y es reivindicada por nuevas bandas con el valor que realmente tuvo. Resulta que estábamos viviendo una época increíble y nos parecía cotidiano, el tiempo se ha marchado tan deprisa que los grupos con los que crecimos ya son totems intocables de la historia de la música.
A Germán le conocíamos por Steet Vipers, un grupo de Hard Rock Sleazy que pasó a mejor vida, parece lógico que su inspiración pasados los últimos ochenta haya llegado a los primeros noventa. En 2018 se junta con Darío para formar un dúo acústico con el que tocar por baretos. pronto se dan cuenta de que la guitarra acústica tiene posibilidades expresivas muy intensas y la bola empieza a crecer ya imparable cuando deciden incluir también batería. Tanto Álvaro como Darío provenían de una banda llamada Madre Cuervo, en la que también tocaba Dani, de Ojo Pipa. No dieron muchos conciertos, pero al parecer fue buen campo de entrenamiento para estos grupos a los que ahora dedican sus esfuerzos.
La música de R.A.D se alimenta de la parte más tenebrosa del Grunge, teniendo también algún ramalazo Stoner. Poniéndolo en bandeja os diré que aquí puedes encontrar la depresión intrínseca de los años más crudos de Alice in Chains, referencias a los Pearl Jam más oscuros y guitarras acústicas muy tristonas que nos traen a la cabeza a Days of the New.
Como presentación se han marchado a los Estudios Vindio y han registrado estos temas con tomas en directo. Tres ases como tres catedrales góticas de grandes que sirven para ganar con rotundidad su primera mano en la partida. Precisamente en directo es donde vas a encontrar su punto fuerte, enérgicos y emocionantes, un concierto que puedes disfrutar de sentado, pero que resulta mucho más intenso de lo que podrías esperar tras su apariencia de grupo tranquilo.