Al fin llegó The Fall, la esperada continuación de The Blackout, el disco de 2016 que puso a Morphium definitivamente en el punto de mira. Os recuerdo que este es en realidad su cuarto trabajo, aunque fuese el anterior con el que se encontraron a si mismos y encarrilaron el sonido que hoy les define; una horquilla que va del Nu Metal al Metal Extremo con todos los matices que puedas imaginar, y presentando una paleta oscura e imparable. Un revienta cuellos que sin embargo se permite en los medios tiempos y las voces melódicas los respiros necesarios para que su música resulte variada y deje espacio para seguir descubriendo capas interesantes a largo plazo.
En 2018 les tuvimos participando en la fiesta aniversario del programa, con un concierto absolutamente demoledor que les hizo ganar un buen puñado de seguidores en esta parte del planeta. La gira de Blackout estaba en principio ya terminada y recuerdo que en algún momento se planteó la posibilidad de que aquella fecha pillase ya presentando nuevo disco. No fue así, Blackout pedía recorrido y aun vinieron un buen puñado más con ese mismo repertorio. Al fin y al cabo no parecía muy lógico cortar el vuelo a un disco que no parecía dejar de subir.
Me he cruzado muchas bandas en estos años con Noche de Rock, pero no tantas con las ideas tan claras, y la determinación necesaria para conseguir sus objetivos como Morphium. Si hay una pared delante la van a derribar a cabezazos, pero detrás de la fuerza bruta y visceral hay un meditadísimo plan en el que cada movimiento se calcula para conseguir siempre empujar a la banda un escalón más arriba. Morphium son una banda muy metódica y profesional que echa el resto en programar cada concierto, cada gira, cada videoclip, cada sesión de fotos, y cada disco, claro.
Así pues el pelotazo que nos ha venido encima no es ninguna sorpresa. Es un disco cocinado muy lento, con unas canciones compuestas y arregladas hasta limar cualquier arista. Ha habido cambios en la formación pero el sonido continua inquebrantable. Mr. Kuen conoce la banda desde fuera y desde dentro, y su trabajo y sabiduría musical tiene una parte muy importante en el resultado de esta última etapa. Morphium son un puto diamante, y el trabajado pulido les hace brillar entre los mejores.
Seguramente hubiesen esperado a tener el disco perfecto de cualquier manera, pero este tiempo de pandemia ha dado margen para no tener ningún tipo de prisa y poderse permitir el lujo de presentarle a base de singles adelanto que nos iban poniendo los dientes cada vez más largos.
Ver a Alex pedir al público que haga un agujero en el puto suelo mientras estos le observan amordazados y encadenados a una silla parece fruto de una pesadilla distópica, pero es lo que nos ha tocado vivir. Es un misterio saber que nos deparará el futuro en este mundo muerto, pero mientras nos quede aire en los pulmones, no nos vendrá mal gritar.