Los que tenemos ya unos cuantos años, pero no tantos, hemos vivido las bandas que han creado ciertos paradigmas de cómo debe ser una formación musical en el rock, llegando incluso al disgusto y al rechazo cuando algún miembro notable desaparece por un motivo u otro y es reemplazado.
Los suecos Siena Root son una de esas bandas que más que estar influenciados por el pasado, parece que han cogido la máquina del tiempo y acaban de llegar a nuestros tiempos directamente de la época de las flores y las imágenes caleidoscópicas. Se nota en su música, en su aspecto y en su actitud, de una forma totalmente natural y sincera, pero también en su formación, despistando a los que estamos acostumbrados a cánones más estables.
Tuve el privilegio de ver a la banda en directo encabezando el Festival Vidiago Rock y, para mi sorpresa, no encontré sobre el escenario ningún teclista, miembro que a priori me parecía imprescindible en las escuchas que les había dado, y en lugar del chico que esperaba como cantante, saltó a las tablas una chica que me terminó de desconcertar del todo. Sin embargo, el concierto fue impresionante, como si fuesen los miembros de toda la vida que llevan años tocando juntos el repertorio. Allí me explicaron que Siena Root realmente se podría considerar un “núcleo duro” al que se le suman artistas dependiendo de las circunstancias, por lo que están más que curtidos en ofrecer conciertos en los que los músicos ofrecen su impronta casi en el propio directo, haciendo muy especial cada recital.
La chica, Lysa Listam fue una nota especialmente destacada por su soltura y el cálido color de su voz, no exento de garra, por lo que no ha sido extraño encontrala haciendo las voces principales de ‘The Secret Of Our Times’, el trabajo discográfico que han presentado en 2020. La sorpresa ha sido el co-protagonismo en ese puesto con Zubaia Solid. La combinación de ambas voces es muy curiosa, ya que no difieren especialmente, pero combinan muy bien y amplían el espectro de tonos, permitiendo interesantes juegos como en el tema ‘Organic Intelligence’, donde se van alternando durante la estrofa hasta juntarse en un potente coro.
Este larga duración pasa por nueve cortes de rock, blues y psicodelia, transmitiendo una gran sensación sencillez (que no de simpleza), como en un idílico viaje por una carretera en la que se suceden armónicamente las curvas pero sin volantazos bruscos. El conjunto tiene un aire conceptual alrededor de la decadencia de la evolución humana y sus consecuencias, topándose con un 2020 que les ha dado de cierta manera la razón, como a todos aquellos que han tratado estos temas en época pre-pandémica, frustrando, por otra parte, los planes de gira que tenían que acompañar este trabajo.
El hammond tiene especial protagonismo durante la grabación, al que se le suman todos los elementos propios de la “psicodelia hippie” como el sitar, la flauta y las cuerdas sintetizadas, en las respectivas colaboraciones de los músicos invitados a los que se suman incluso un par de guitarristas. Todo introducido con mucho mimo, como si en ningún momento se hubiese alterado la formación original.
Entre los seguidores más cercanos de Siena Root se puede abrir un debate sobre si es su mejor disco o simplemente uno de transición, pero desde luego hará pasar como mínimo un buen rato a los amantes del sonido psicodélico más añejo.
Juanma Pinto