La suspensión de la visita de Hasswut a la Black Bird el pasado año nos hizo comprender finalmente que la pandemia iba a tener consecuencias directas sobre nuestra forma de vida. De una forma u otra siempre habíamos conseguido llevar a cabo nuestros planes, hasta ese momento en el que tuvimos que pisar a la fuerza el freno. También se cayó el concierto de Mikan, la segunda muestra de bandas, el concierto de Noctem de Torrelavega, el festival Miengo Cultura… Aun está en el aire saber cuantas de aquellas cosas y en qué condiciones llegarán a suceder, pero al menos, hoy nos despertamos con la alegría de saber que Hasswut han vuelto al directo y que tienen en camino un nuevo EP llamado Mund Zu que se editará de manera inminente, así que más pronto que tarde recuperaremos, sin duda, su concierto en Cantabria.
Atomkrieg ya fue disco de la semana, pero como tantos otros nacidos en estos tiempos raros se quedó en la pista de despegue, sin oportunidad de crecer y dejar patente sobre las tablas el paso de gigante que supone para Hasswut. Una buena forma de alargarle un poco la vida ha sido publicar este extra de remezclas, una estrategia bastante común en el estilo que nos ocupa, que además permite mirar a las canciones desde diferentes prismas, y conocer el trabajo de productores y grupos del entorno de la banda.
No puedo evitar al escucharle acordarme de la reacción de El Pirata al escuchar el Remanufacture de Fear Factory, el escaso medio minuto que lo dejó sonar en antena y la sentencia que proclamaba que eso ya no era heavy metal. No le culpo. Yo también me sentía así en aquel momento. Tuve que viajar y salir de mi pueblo, conocer las pinchadas de club en el Borderline londinense, perder los argumentos contra el muro de sonido del Fat of the Land y finalmente una noche a las tantas, hasta arriba de Jägermeister descubrirme bailando en el madrileño “seis” rodeado de cuerpos sudorosos en trajes de rejilla y botas New Rock, y entonces encontrarle todo el sentido. Entender el nudo creado entre metal, música electrónica y cultura gótica y abrir al fin las puertas a la inundación que acabó trayendo a mi vida a grupos como In Strict Confidence, Diary of Dreams, Turmion Kätilöt, Combichrist, Priest y tantos otros. Entender de una vez, que si me gustaban tanto Paradise Lost y también Depeche Mode, a lo mejor es porque no estaban tan distantes como los muros de los estilos y las tribus urbanas de los ochenta nos querían hacer creer.
Así pues, pide pista, que despegamos. Vamos a echar un ojo a algunos de los remezclantes. Eggvn son un dúo mejicano que se clasifica en el Industrial de temática satánica, y acaba de editar un disco llamado La Era de la Bestia, que podrás encontrar con facilidad en internet si te pica la curiosidad al escuchar el empujón techno que le ha dado al inicio de este álbum. Más misterioso y espacial es el remix que los gallegos Minim ha hecho para Scheisse, tema que también encontramos en una versión más apocalíptica y saturada a cargo de Arritmic, (con algunos arreglos que curiosamente me recuerdan a Sopor Aeternus) e incluso cuenta con una tercera versión aun más hardcore con unos bombos matadores por psideralica. A medias entre L.A. y Méjico (la onda oscura es muy popular allí) nos llega LOKO5T4R con una vuelta de tuerca muy electro a Die Macht. Muy épica, apocalíptica, marcial y opresiva suena ahora Drek, en manos de Asseptic Room (Madrid), con la voz de Dani incluso más profunda y rasposa que en el original. A.T. MÖDELL (Valencia) ha apretado tanto la intensidad de Vorwärts que probablemente no se entienda antes de las cinco de la mañana, pero seguro que ahí puede ayudarte a exhortizar los demonios. MDRK ofrece un pequeño respiro ambient destacando la línea de bajo de Angstlos y conectándola con el sector más postpunk de la escena. Y por último un Rette Mich de nuevo con Bombos Arriba reelaborado por el brasileño Code: Red Code, que no defraudará a ninguno de los seguidores del EDM aleman.
Los discos de remezclas han de entenderse más como herramientas en manos de los DJ’s que como álbumes para escuchar del tirón. A lo mejor en el metal no se entiende muy bien, pero en las cabinas de discoteca es habitual tener distintas versiones del mismo tema para encajar, dependiendo del caracter de la sesión. Si no conoces a Hasswut y te apetece yo iría directo al Atomkrieg original. Ahora, si te toca pinchar en una fiesta este regalo te da buenas opciones para encajar un bombazo de Hasswut en distintos momentos y ambientes de la noche. Es ahí con los subwoofer haciendo temblar las columnas donde luce en todo su esplendor.