‘Manantial de Sangre y Muerte’ es el segundo trabajo discográfico de Voltaje Cadáver y, sumándolo a su estreno ‘Todos los Colores de la Oscuridad’, podemos hablar ya de una coherencia absoluta en la receta de la banda con sus ingredientes básicos: oscuridad, sangre y muerte. Lo que ellos mismos resumen muchas veces, acertadamente, con su pasión por el término cariñoso de ‘mugre’.
Voltaje Cadáver refleja a la perfección la idiosincrasia del underground de Torrelavega, con toda su visceralidad más indómita. No en vano, la banda incluye miembros de bandas ya consolidadas o míticas del municipio y de la comarca del Besaya como son Wet Cactus, Cortex o Toumai entre otras, con sabor a la extinta Casa de la Música, los locales de Ganzo o a los nuevos locales del complejo J. M. Illera. Este último es el que ha conseguido reunir a diferentes quintas generacionales en un mismo proyecto que ya habla por sí mismo.
El regustillo a la historia torrelaveguense de este nuevo trabajo suma a su vez la experiencia que aportan sus miembros, ya de vuelta de mil batallas, lo que implica atinar el disparo con mucha más precisión y con las ideas muy claras. En el mundo de las etiquetas, posiblemente lo podemos asociar a ramalazos Doom o Sludge (contando la pereza que me dan estas clasificaciones) con influencias del más amplio espectro del metal. La riqueza rítmica, en gran medida producto de la variedad de las baterías registradas por Panchi, da un repaso por gran cantidad de texturas metálicas en la que se ve la huella de las influencias de cada miembro de la formación. Aun así, la coherencia es total y todo el disco nos sume en ese cóctel de sangre y muerte que pretende Voltaje Cadáver, utilizando como pegamento mágico la voz de Manu Gallego, un lúgubre, angustioso y poderoso lamento de principio a fin que no se sale en ningún momento de su papel. La profunda densidad de los instrumentos de cuerda supone la firma definitiva de lo que ya podemos llamar un sonido característico y reconocible de Voltaje Cadáver.
El arte gráfico es digno de mención, con una icónica portada en la que resalta el rojo sangriento y que transmite de la forma más sencilla y directa todo lo que nos espera en el interior, al que empuja una calavera como motivo central en un marco triangular.
Voltaje Cadáver han demostrado que tienen muy claro lo que quieren contar, y lo hacen de la mejor forma, sonando poderosos y oscuros a partes iguales en un gran álbum salido de las tinieblas.
Juanma Pinto