Drunken Buddah llegaron a mis oídos por primera vez al escucharlos en una de las fases del concurso Metal Battle Spain de Wacken, allá por el 2019. Entre otras cosas me destacaron por su sonido añejo entre tantas bandas de metal extremo que se presentaron. Lo primero que me hizo pinar la oreja fue el Hammond mezclado con esa voz tan característica de Michael.
La banda empezó a germinarse en el 2012 pero no llegaron a asomar la cabeza en la escena fuera de su ámbito local hasta 2018 que consiguieron el segundo puesto en el Concurso de Rock Ciudad de Oviedo. Después todo vino rodado, grabación del primer LP, se presentan en Alemania en el Wacken gracias a ser los ganadores en España de la Metal Battle, y como guinda del pastel, ganadores en los premios AMAS. Y por si todo eso fuera poco, pleno con sus dos trabajos al ser ambos disco de la semana en Noche de Rock.
Lo primero que te llama la atención del disco es la portada, parece un tatuaje old school. Puede que no tenga la intención de aparentar ser una gran carátula para disfrutar en vinilo, pero si siguen la línea seguro que reconocerás a la primera el tercer disco, cuando lo saquen, en el estante de la tienda.
Los teclados no llegan a empalagar como en otras bandas, es un instrumento más que no sobresale pero que aporta mucha personalidad al grupo. Para mí sigue la línea del primer trabajo, yo no he notado mucho el cambio de miembros que ha habido en la banda. Eso sí, la voz está mucho más exprimida en éste trabajo.
Me encanta que tenga una intro de ésas que poco a poco se van introduciendo los instrumentos, seguro que queda genial para abrir los conciertos. Tras esto, la guitarra y el grito de Michael nos anuncia que empieza la fiesta. Dentro del Hard Rock en el que se mueven a veces te da la sensación de que tiran algo al Heavy, por algún pasaje con la guitarra, pero en seguida vuelven a su camino. En el disco tampoco faltan los medios tiempos, e incluso una balada para darle el punto final que se merece el disco.
Tengo que decir que éstos asturianos se han hecho un pequeño hueco en mi corazón, que tengo sus canciones pegadas en la cabeza cual uña a roña, y que ansío verlos en directo, lástima que yo viva un tanto alejado. Gran disco el que se han marcado estos guajes y que recomiendo a todos los que nos gusta la época de Zeppelin, Purple y demás, pero no queremos seguir escuchando siempre las mismas canciones.
Anhell