Pues estamos ante el disco más reciente publicado por esta Superbanda del rock progresivo, llamados Transatlantic. The Absolute Universe fue publicado en el año 2021 y ha llegado 7 años después del disco más flojo de la brillante carrera de Transatlantic, el flojillo Kaleidoskope. Para quien no conozca esta banda, está formada por cuatro dinosaurios que de distinta manera reinventaron una parte de la historia del estilo. Pete Trewavas, bajista de Marillion, una de las bandas creadoras del Neo- Progresivo y de la evolución del prog allá por los primeros 80, Roine Stolt, guitarrista de Kaipa en los años 70 y fundador de The Flower Kings, que posteriormente tomaron el testigo del sinfonismo de los 70 y lo adaptaron a los nuevos tiempos, Mike Portnoy, ex-batería de Dream Theater, banda fundamental en la creación del metal progresivo y Neal Morse, ex- teclista y cantante de Spock’s Beard, otra banda fundamental en el rock progresivo sinfónico moderno allá por mediados de los años 90.
Siempre es una gran noticia para los que amamos el género del Rock Progresivo que Transatlantic saquen disco nuevo, porque son unos músicos de una calidad enorme y han creado varios discos que serán recordados junto a las grandes obras de los años 70. Así que la llegada de este The Absolute Universe fue una gran noticia.
La estructura y la intra historia del disco es algo a comentar porque es algo curioso en mi opinión. Nos encontramos con dos versiones distintas del disco y que además tienen nombres ligeramente distinto. La original, llamada Forevermora, que tiene una aproximación muy propia de los años 70: un disco dividido en 4 caras como el Tales from Topographic Oceans de Yes con dos composiciones divididas en canciones pero que funcionan como dos grandes suites, que en estos tiempos modernos ocupan cada una un CD. Esta es la obra compuesta y grabada de manera original antes del 2020, pero debido a la pandemia todo quedó en un cajón a laespera de mejores tiempos, pero Neal Morse no lo dejó; siguió trabajando en ello, añadiendo partes, re grabando canciones y cambiando estructuras y orden, reinstrumentando muy como lo hacía Zappa con todo su material. Al resto de los componentes de la banda esto no les hizo demasiada gracia, ya que estaban muy contentos con el álbum en su versión clásica. Por lo que se ha sabido posteriormente fue Mike Portnoy quien tuvo la idea de sacar este otro material, con el mismo nombre pero añadiendo que es una versión llamada Breath of Life o Abridged Version es un solo CD donde la música está cambiada de orden, y hay sutiles diferencias a lo largo de todo el disco – suena similar pero no es igual. Por lo que tenemos The Absolute Universe: Forevermore y The Absolute Universe: Breath of Life.
Y aquí, estimado lector, viene uno de los mayores problemas que tiene este disco y es que estamos hablando de dos obras distintas, parecidas, sí, pero que requieren un nivel de atención enorme para poder disfrutarlas en su totalidad. En el fondo son más de 3 horas de rock progresivo sinfónico, complejo y lleno de matices, largas instrumentaciones, giros, vueltas y motivos recurrentes, así que venid preparados, porque no es un disco fácil de digerir, la primera escucha os dejará probablemente abrumados. ¿Por cuál de las dos versiones empezar? Pues de menos a más no es una mala aproximación, pero encuentro que la versión más corta trata de ser más directa, funcionar más como una sola pieza, pero pierde partes que logran que la obra sea mejor. Las omisiones pesan más que los añadidos, las letras nuevas y la nueva instrumentación. Una vez que has escuchado más en profundidad Forevermore ya no vuelves a Breath of Life, porque notas que le faltan partes que le añaden profundidad. Nos encontramos con un disco completamente ajeno a estos tiempos de singles y canciones cortas y discos de cuarenta y pocos minutos. No es así como funcionan estos músicos, ellos nos dan una obra completa y épica, acorde al resto de sus discos.
¿Qué nos vamos a encontrar en The Absolute Universe? Pues mucho rock progresivo sinfónico con muchísimas referencias a Yes, muchos pasajes instrumentales, donde abundan los sintetizadores, mellotrones y moogs que aporta Neal Morse. Con la presencia estelar del maestro guitarrista Roine Stolt, que, como siempre, añade esas guitarras y esos solos doblando a veces a los sintes, haciendo fraseos propios otras, pero siempre destacando. Una de las cosas que más me gusta de Transatlantic es que Mike Portnoy le da una pegada muy contundente y que eleva el resto de la música, añadiendo intensidad y cierta dureza metálica, que contrasta con las melodías y esas partes instrumentales tan delicadas a veces. Falta comentar la labor de Pete Trewavas al bajo eléctrico omnipresente, contundente, rítmico, cadencioso, una auténtica delicia que añade matices a cada canción.
No podemos obviar que con el paso de los años Transatlantic cuenta con cada vez más partes cantadas por Portnoy y Trewavas, que van mejorando y contrastan en partes con las más voces clásicas de Neal y de Roine.
Es muy curioso porque después de escuchar cada CD, siempre pienso que esa Suite es mejor que la otra, estando las dos a un nivel impresionante. Este disco se pone a la altura del resto de sus grandes obras, el problema que puede tener es que es muchísima música y que me cuesta mucho imaginar cómo se puede integrar tanta música en un concierto más allá de que toquen la obra completa. Pero esto ya son consideraciones personales mías, la obra merece la pena, hay partes que son una maravilla del prog, con muchos guiños a Yes y partes que recuerdan al You and I. Personalmente, hay alguna canción del primer CD que se me atraganta un poco, sobre todo al comienzo, pero al tener unos desarrollos tan largos, esa sensación se va evaporando. Os animo a todos a que le deis dos o tres oportunidades a este disco, porque reconozco que se puede hacer algo denso por momentos, pero una vez empiezas a familiarizarte con la estructura vas recordando los momentos que vienen y se convierte en un disco que puedes ponerte vuelta y vuelta según acaba.
Satanuco