El tercer trabajo de Zaborra. grabado, mezclado y masterizado en Bonham Studios de A Coruña entre Abril y Mayo de 2021 supone, al menos para quien hace esta reseña, un enorme salto hacia adelante si tomamos como referencia sus dos anteriores apariciones (maqueta de 2019 y “viejos y enfadaos” de 2020).
Y sin llamarnos a engaño, no hay que referirse tan solo a la edición en vinilo de 12” que se han currado, la cual es una pasada. Ni al sonido como una auténtica patada en la cara que han logrado con esta grabación. Los temas reflejan a la perfección la maduración que ha alcanzado el grupo a estas alturas. Este tercer trabajo es más rápido, más directo, más agresivo y en esencia, alcanza ya sin duda alguna la crudeza del punk más macarra, haciéndoles dignos portadores de su nombre.
No hay lugar para contemplaciones. Cortes como “Bocazas”, “Fantoche” y “Estás acabado” son un mensaje directo y personalizable que no da respiro. Solo en “Púdrete”, que puede ir en la misma línea, se da un poco de aire a medio tiempo al principio del tema para finalmente volver a coger velocidad de crucero. Hay lugar igualmente para temáticas más mundanas, si queremos verlo así. En temas como “Mentes vacías”, “Cómplices”, “Control” o “Tierra quemada” la vista se dirige, como ocurre tantas veces en el punk, a cuestiones que hablan de este entorno hostil, agresivo y gris que bien nos ha tocado vivir o bien vamos dejando atrás como especie. Una visión decadente que desemboca, como no puede ser de otra forma en la más directa y explosiva repulsa en “Caos”. Cierra el disco un tema que casi es un himno. El corte comienza también a medio tiempo, pero pronto una guitarra da paso al aserradero y hacia el final del tema ya uno no puede dejar de vitorear “Hasta nunca payaso”.
Como se dijo en líneas superiores. Los temas mucho más directos en este disco que en otras ocasiones. Quizás no tan oscuros como en su segundo trabajo pero sin lugar a duda, llegan mucho más. En parte, desde la opinión de quien escribe, gracias al trabajo de la guitarra y la batería que cuentan con mucho más empuje y protagonismo en este vinilo. El sonido del bajo, no tan saturado como en ocasiones anteriores, ha encontrado una posición mucho más equilibrada y viste mejor al total. Igualmente, hay que reconocer la mejoría y la confianza que ha ganado la voz en particular, que es sin duda, un sello de identidad en la banda.
Un trabajo bastante guapo al que solo se le puede poner la pega de dejarnos con ganas de más Zaborra.
Toro