Creo que me cuesta hablar de TROBAR DE MORTE por un solo disco y no del grupo en conjunto con todo lo que tiene, de todas sus épocas pasadas, presentes y futuras. Y más aún porque, siendo sincera, si no hubiera sido por esta propuesta de hablar de The Book of Shadows, no se cuando me hubiera dado por fisgar y descubrir que tenían novedades. Llego tarde a este último trabajo (2020), pero tiene esa parte guay que es lo que mola encontrar siempre joyas nuevas para nosotras, sean de cuando sean. Y más aún si nos referimos a Trobar, porque tienen ese don de mantener su esencia a la vez que nos maravillan y sorprenden con nuevas melodías, que resuenan como memorias ancestrales que conocemos de otras vidas. Ese es, para mi, el gran talento que tienen Trobar: ser capaces de trasladarnos al instante a atmósferas de épocas pasadas y lugares desconocidos que, a su vez, nos son familiares y reconocibles.
Si ya conoces Trobar sabrás de lo que hablo, y si no, este, como cualquiera de sus trabajos, es perfecto para introducirte en su mundo fantástico de paganismo, magia, cuentos, leyendas y tradiciones con tintes oscuros y bellos. Ya no te digo nada si los ves en concierto, algo totalmente recomendadísimo, por si no acababas de sentirte en algún lugar olvidado ambientado en una Edad Media faérica, porque visualmente son maravillosos y musicalmente una delicia que disfrutar orgásmicamente en directo.
Acabo de escuchar entero The Book of Shadows y ya lo he vuelto a poner desde el principio, como cuando comprabas/alquilabas/te prestaban un VHS de alguna peli que te encantaba y al terminar la rebobinabas para volverla a empezar. Vuelvo a enamorarme de cada tema en los que no me sobra ni me falta nada, donde mi cuerpo se mueve solo con los ritmos y melodías que ejecutan con cada instrumento, y mi mente se deja llevar por la hipnótica, inigualable y preciosa voz de Lady Morte. No se si puedo recomendaros canciones concretas, porque siento que cada disco es como una gran historia con diferentes capítulos que escuchar al completo, pero si que quizás pueda decir cuales me han vibrado un poquito más en este momento, porque creo también que esta música es camaleónica como el ser humano y que se adapta al momento de cada persona que lo escucha. Así que hoy igual me resuena más un tema, y mañana otro.
Para situaros un poco más en el contexto personal de quien escribe esto, como bailarina que soy, la música de TDM me lleva acompañando muchos años, desde que los descubrí al sentirme atraída tanto por el estilo Dark & Tribal Fusion Bellydance, como por el Pagan Folk, la música ambiental y medieval. Así que no solo la siento como algo que poder escuchar en cualquier situación, si no que me permite expresar su música con mi cuerpo, e incluso podría decir que con el alma. Siempre me he sentido muy a gusto bailándolo, y además, como extra, que sepáis que Amaru Sabat, la bailarina del grupo (otra de las razones por la que obligaría a verlos en directo, porque el show que montan es precioso), fue la primera maestra de la que recibí un taller presencial de Tribal Fusión cuando quería empezar a meterme en ese mundillo, algo que hace que sume cariño y admiración a todo lo que se refiere a este grupazo.
Así que os voy a comentar los temas que deseo bailar ya mismo (y que los voy a utilizar ya mismo para improvisar, grabarme, y disfrutarlos físicamente) en este instante en el que descubro este disco lleno de novedades maravillosas. Sacrifice es un santo temón que empieza trasladándote al momento a un escenario muy concreto, al que enseguida le añaden ritmo y melodías instrumentales, y donde acaba apareciendo Lady Morte haciendo su magia fusionada a la perfección con todo lo anterior. Tiene momentos épicos que ponen la piel de gallina, y es tan bella que no te ha dado tiempo a acostumbrarte al viaje al que te invita, que se acaba y se hace cortita a pesar de durar casi 5 minutos. Por supuesto, Helvegen, cover brutal de otro de mis grandes favoritos, Wardruna. Fusionar de cualquier forma a estos dos grupos es una fantasía, y como no, el resultado es bestial. The Unquiet Grave me hace sentir en una especie de ritual chamánico gracias al ritmo de la percusión, mezclado con la impresión de estar escuchando cantos celtas antiguos de tierras verdes con grandes acantilados y viento frío. Luna Cornuta me hace entrar en trance, donde además e un cambio musical repentino, regala cuidados sonidos de voces respiradas que me flipan.
Por deciros algunas, porque ya digo que me cuesta elegir. La recomendación real es que os pongáis el disco entero en bucle y que os dejéis llevar totalmente como TDM son capaces de conseguir.
Delirium