Sober, es una de las bandas que marcó a casi toda mi generación. Una generación que, en los años 90, descubrió el rock alternativo y el metal más vanguardista y experimental. Hablo del rock y el metal de bandas como Alice in Chains, Tool, Soundgarden, Screaming Trees, Pantera, Machine Head y un largo etc. Sober, fueron el máximo exponente de este tipo de sonoridades en el estado español. También fueron el relevo natural de bandas como Héroes del Silencio y además los grandes afortunados de su generación. No creo que fuese fácil llevarse el gato al agua jugando en la misma liga que bandas de la talla de Hamlet, Koma, El Fantástico Hombre bala y muchos otros… ¡Y además destacar por encima de muchos de ellos!
Pero lo consiguieron y, en su época de mayor esplendor, nos regalaron discazos vitales como “Morfología”, “Synthesis” y “Paradysso”. Recuerdo que, este último, me marcó especialmente en una época en la que me encontraba viviendo entre Madrid y Santoña.
Después de afrontar separaciones, tragedias personales, proyectos paralelos y alguna época de éxito menor, Sober, resurgieron de sus cenizas cuatro años después de su último paréntesis y volvieron por todo lo alto con “Elegía”, un álbum que reúne lo mejor de su primitiva esencia, pero que sorprende a propios y extraños por ofrecer un enfoque más moderno y experimental.
Canciones como “El Día de Liberación” y su impresionante vídeo reúne lo mejor de mis anteriores afirmaciones. Esta canción nos ofrece un inicio con matices electrónicos, guitarras potentísimas y una letra que te anima a seguir y no rendirte jamás.
“Mi heroína”, es una de las mejores canciones que se puede escribir a un ser querido. Un tema que, por su sonido y matices, nos traslada a épocas anteriores, pero sin dejar de mirar a el futuro.
“Elegía”, el tema que da título a este álbum, nos lleva de la melancolía a la esperanza a través de una montaña rusa de distintos sonidos de exquisita producción y una letra que te puede arrancar el alma.
“Eclipse”, es un impresionante homenaje a esos grandes amores que pasan por nuestras vidas y que, a veces, se nos escapan de entre nuestras manos como la arena del desierto. Pero que, nos anima a continuar y a dar una oportunidad a esas relaciones.
“Verona”, “Mascara de Hierro” y “Seda y Plomo” son canciones que dan musculo a el álbum. Todas ellas reúnen matices que nos trasladan a el pasado, presente y futuro de Sober.
Este monumental álbum cierra sus puertas con una preciosa versión pianística de “Eclipse” con voces masculinas y femeninas. Unos exquisitos violines sobrevuelan sobre los intérpretes como si de bellas aves de tratase. Este último tema puede tocarte bien adentro si tus relaciones de pareja están en la cuerda floja o acaban de pasar una dura crisis.
Un retorno espectacular para una banda que es ya todo un clásico de nuestro tiempo pero que mira a su futuro con más fuerza y ganas que nunca.
Nacho García