Hablar de Megadeth es hablar de una de las bandas más importantes del metal en el sentido amplio del género y del thrash metal en particular, a punto de cumplir los 40 años en activo, y con obras tan notables como “Peace Sells…but who´s buying?”, “Rust in Peace” o “Countdown to Extinction”. Esto quiere decir, que va a ser difícil que sorprendan con su álbum número dieciséis de estudio.
El álbum que nos ocupa, es el primero después de la expulsión del bajista cofundador de la banda Dave Ellefson, en un ataque de puritanismo un tanto discutible por parte de su líder, y principal compositor (hasta ahora) Dave Mustaine. Digo hasta ahora, porque si bien es cierto que anteriormente había habido aportaciones creativas de otros miembros que han pasado por la banda a lo largo de su extensa carrera, también lo es que en este disco, Mustaine ha querido llevar a la actual formación a involucrarse totalmente en las tareas compositivas, siempre bajo su supervisión, pero con libertad/obligación de plantear propuestas desde cero, lo cual va un paso más allá de lo que venían siendo aportaciones puntuales al terreno compositivo, históricamente controlado por Mustaine.
The sick, the dying… and the Dead, cuenta con una formación a la altura de las circunstancias, con unos músicos de altísimo nivel, lo que ya es un sello distintivo de Megadeth a lo largo de su trayectoria. Concretamente, para este disco Dave Mustaine (voz y guitarras), Kiko Loureiro a la guitarra solista, Dirk Verbeuren a la batería y James LoMenzo al bajo.
El álbum incluye 14 temas entre los que encontramos varios cortes muy destacables. Lo más llamativo, es que podría formar parte de la época más gloriosa de la banda, ya que destaca por su potencia, velocidad y tiene todos los elementos que un gran disco de speed thrash metal puede y debe ofrecer. El sonido es impecable, y lo más importante, los temas ofrecen una calidad compositiva altísima, pudiendo destacar entre ellos el tema que da nombre al disco, Life in hell o Night stalkers. Esto no quiere decir, que se dejen todo en los 3 primeros cortes del disco. Para nada. El disco no pierde intensidad en ningún momento, y a pesar de no haber sido gestado por el propio Mustaine, suena total y absolutamente a Megadeth. Tal es así, que si estuviésemos hablando de otros géneros, el sonido Megadeth, podría calificarse un standard, que sus músicos conocen a la perfección tal y como queda plasmado en este trabajo.
Por increíble que parezca, después de 40 años de carrera y dieciséis disco en su haber, Megadeth ha hecho un disco como la copa de un pino, que no va a decepcionar ni a los fans originarios de la banda, ni a los nuevos, porque The Sick, the Dying… and the Dead es un discazo de principio a fin, que vuelve a confirmar que Megadeth es una de las bandas del género con una trayectoria más sólida y convincente, a pesar de sus cambios de formación y devaneos de su líder Dave Mustaine.
Personalmente, recomiendo no caer en la visión de “otro disco más de Megadeth”. Este es un disco brillante que merece toda la atención. De hecho, de ser el primer disco de una banda, estaríamos todos hablando de él.
Ovi