Cabe señalar, para empezar esta reseña, que este nuevo trabajo de NOAH HISTERIA, “Ojepse”, es, sobre todo, el resultado de la persistencia y el tesón personal de su cantante y teclista, Juan Giner. Su anterior obra “Hautefaye” tuvo una notable repercusión dentro del ámbito progresivo nacional y les convirtió en una referencia a seguir dentro del género, algo realmente destacable para una banda que sólo tenía un EP previo anterior. Sin embargo en estos cinco años que han transcurrido desde “Hautefaye” la dificultad de conciliar un proyecto tan ambicioso con la vida laboral de músicos profesionales de buena parte de sus componentes llevó a la desbandada de la formación original y ha obligado a Giner a reformarla por completo. Para ello reclutó a los guitarristas Quique Villalba y Manuel Harari con los que durante los años 2020 y 2021 fue dando forma a las composiciones de esta obra. Posteriormente, ya durante el período de grabación fue incorporando otros músicos como Álvaro Monzón al bajo o Javi Sanchis y Alex San Juan a las baterías. Ya para la presentación del álbum se configuró un nuevo line up conformado por Giner, Villalba, Harari y Monzón, a los que se sumó el baterista Alejandro Juarez.
Por desgracia, parece ser que esta configuración tampoco ha conseguido mantenerse estable y han continuado las bajas y cambios de miembro en Noah Histeria, seguramente por los mismos motivos ya apuntados para la formación original.
Lo cierto es que Noah Histeria ya había conseguido en “Hautefaye” un estilo propio y reconocible, del que “Ojepse” , a pesar de los cambios sufridos, se muestra como una evolución. Aun habiendo creado una identidad propia que, si bien podría encuadrarse dentro del metal progresivo, combina elementos que van del djent o el math rock al ambient o incluso la música electrónica, lo cierto es que el elemento más característico del grupo es la voz de Giner y el tipo de melodías vocales que construye sobre las intrincadas bases instrumentales de los temas. Este hecho, en mi opinión, acaba resultando un arma de doble filo. Por un lado les dota de una fuerte personalidad y les hace inmediatamente identificables, pero, por otro, puede llegar a cansar en algunos momentos.
“Hautefaye” ya se caracterizaba por instrumentaciones complejas y letras un tanto crípticas, que desarrollaban una historia más desde un punto de vista conceptual que lineal. En “Ojepse” han ido varios pasos más allá en esta línea. La música es aún más compleja y sin apenas concesiones y la parte lírica aún más críptica, con múltiples referencias, tanto autorreferenciales al anterior disco, como externas que van desde Blade Runner a Milan Kundera, pasando por José Saramago. Nuevamente, también, vuelven a explorarse temas relacionados con los abismos de la psique humana. Si en “Hautefaye” la excusa fue un caso de histeria colectiva sucedido en la Francia del siglo XIX, esta vez se adentran en el mundo de los trastornos de personalidad a través de un personaje ficticio que es el eje sobre el que pivota esta obra.
Así como en “Hautefaye”, pese a la complejidad mantenían algunos elementos , sobre todo melódicos, que funcionaban de enganche para el oyente, en “Ojepse” la música y las letras se cierran sobre sí mismas y exigen que sea quien escucha quien consiga penetrar dentro. Esta es una propuesta indudablemente valiente, porque requiere al oyente compromiso y atención, valores a contracorriente con las nuevas fórmulas de consumo cultural basadas en la inmediatez. Es por tanto un disco árido, al que cuesta bastante entrar, pero que gana en cada escucha a medida que se aprecia el mimo y los detalles con los que ha sido creado.
Además, existe una versión del álbum completamente instrumental, editada con posterioridad a la versión original. A diferencia de otras obras similares en las que se han presentado las pistas instrumentales como extras aparte y en los que la falta de la voz hace que el resultado aparezca un tanto incompleto, en este caso la versión instrumental de “Ojepse” mantiene la entidad en sí misma sin necesidad de referencias al original. De hecho, permite apreciar mucho mejor las múltiples capas de sonido y produce un cambio estilístico que les asemeja más a bandas como Animals as Leaders o Jardin de la Croix. En mi caso la audición de cada versión me parece una experiencia diferente y justifica plenamente que lo hayan editado con nueva portada muy apropiada (la original a la que se ha eliminado la figura central, supongo que simbolizando la voz).
En conclusión, “Ojepse” no es para todos los gustos, requiere tiempo y paciencia, pero es muy de agradecer que continúe habiendo músicos dispuestos a realizar este tremendo esfuerzo por razones puramente creativas y espero que continúen llevándonos a nuevas aventuras en el futuro.
Oscar García del Pomar