Si algo ha caracterizado la historia de Mind Driller ha sido el trabajo constante. Poner todo de su parte para estar tocando en cualquier sitio que se les quiera, por modesto que sea, no dejar morir la atención hacia la banda, cuidando las redes y el contacto con los seguidores, y publicar música de manera frecuente, siempre un paso por delante en cuanto a producción y composición.
Venía a contar Dante en Los Infortunios de la Virtud que a la gente buena, rara vez le va bien. Sin embargo, a veces la vida es justa, y parecía en 2020 que al fin le había llegado a Mind Driller la hora de la cosecha. Un pepinazo como Involution no pasó desapercibido para nadie, su propuesta en directo es tan rotunda que es imposible quedarse impasible. Tres grandes vocalistas al frente, liderando con tanta energía y arropados por tanta presencia visual que es imposible dejar de prestar atención durante un momento. Como una vez me dijo mi amigo Txutxy Cano, “no sabes en qué momento ir al baño, porque seguro que te pierdes algo”.
A pesar de que la pandemia truncó la gira en su última parte y varias fechas muy importantes tuvieron que cancelarse, Mind Driller supieron mantener la cuerda tensa. Un directo en streaming muy apetitoso, en el que el único pero es el silencio aterrador de la ausencia de aplausos, que nos recuerda esos días en los pensamos que habíamos perdido para siempre el contacto físico en los conciertos. Como complemento, publicaban también en 2021 este EP que hoy nos ocupa, que sirvió como apoyo para alargar la época Involution, y que aun es su último lanzamiento, si dejamos de lado el recopilatorio X Years de finales del 22.
InBolution se abre con tres temas inéditos, que bien podrían haber formado parte de su anterior largo; Prophecy, Overthrow y Denken. Si nunca hubieses escuchado antes a Mind Driller serían buenos ejemplos para hacerte a la idea, metal industrial con fuerte presencia de programaciones y algunos rasgos de otros estilos como pueden ser el gothic o el nu metal, voces agresivas y melódicas combinadas y continuo cambio de registros en ese aspecto, con juegos de contraste entre V, Dani y Estefanía.
Al trío inicial se unen tres remixes de Calling All the Stars, The Game y The Last Drop, en los que la bakalada toma las riendas, arrimando un poco más su sonido al de el proyecto paralelo Hasswut. Por último tres instrumentales de Rotten, Prophecy y The Last Drop, para que puedas hacerte el karaoke en casa o usarlo de sintonía para hablar encima en tu programa de radio. Como pista oculta encontramos un bonus que nos recuerda de nuevo el momento pandémico en el que fue publicado.
Sí estáis atentos a las redes, ya os habréis dado cuenta de que Mind Driller están a punto de presentar nuevo trabajo, así que esperamos que esta reseña os ayude a volver a la estantería para quitarle el polvo a sus discos, y calentar los fogones un poco. Enseguida están de vuelta.