Me estaba acordando estos días, cuando allá por el 96 o el 97 La Fuga enviaron su primera maketa al programa. Un grupo como tantos, de un garaje perdido de un pueblo perdido como Reinosa. Para casi nadie el éxito, tal y como lo entienden en la tele, es una prioridad. Todos ponemos el corazón en las canciones, como necesidad vital de gritarle al mundo nuestra intimidad. A veces, sin embargo, el éxito llega.
Trabajaron con tesón y determinación infinitos, tenían la música adecuada en el momento adecuado, y además Fortuna se puso de su parte y les regaló la siempre necesaria dosis de suerte para que las carambolas sucedan en la vida. Supongo que tres décadas después miren con cierta extrañeza a todo el recorrido.
Cuando la herida cierre del todo recordaremos la pandemia como ese tiempo insólito en el que nos refugiamos con los más cercanos. Ese tiempo en el que paramos a la máquina sin frenos. Uno siempre tiene proyectos que va posponiendo porque la vida no deja hueco. Pararon las giras, echamos todas las verjas. Sucedió en el momento preciso, piénsalo, hubiese sido distinto sin internet y sin home studios. Miles de discos salieron de esos días raros. Miles de discos, extraños e irrepetibles.
El eterno escudero dio un paso al frente. La portada muestra una máscara veneciana que cae. En un mundo al borde del colapso sólo se puede ser sincero. Todos deberíamos ser siempre sinceros después de medio siglo caminando sobre la tierra.
Ahora presenta una visión algo melancólica y madura. Un presente que nos queda lejos. Recuerdos que se agolpan. Un tú a tú con los que crecieron contigo. Un disparo llano, el que siempre funcionó. Un abrazo a ese chaval que fuimos, al que nunca encontró refugio más allá de los cuatro que amaban esto. Escucha, chico, pasará y llegará un momento en el que ya no te hagan daño. Suena el tocadiscos, las viejas canciones, las últimas últimas fiestas. Aun preparados para el Rock and Roll.
Para la grabación del álbum se rodeó de viejos amigos como Txus Maravi, Fernando Neira, Selva Barón y Karlos Arancégui además de un cameo de Rulo. Para echarlo a rodar en directo ha contado con la mitad de ADN y Juanma de Soulbane. Ambas formaciones han sabido echarlo a rodar sin problemas.
Oskar Sánchez