A principio de los 2010s, Torrelavega y la comarca del Besaya se estaban convirtiendo en un desierto musical en el que era difícil que creciese nada nuevo, dadas las dificultades municipales y la falta de infraestructuras. Pero en medio de la arena brotó Wet Cactus, una banda de chavales que sorprendía con su energía y su coqueteo con la oscura onda retro a lo Black Sabbath.
El factor sorpresa estaba conseguido, pero muchas formaciones prometedoras se van quedando por el camino por los diferentes avatares de la vida. Sin embargo, Wet Cactus no ha parado de crecer, sin prisa y con pausas, pero con una evolución constante y ascendente. Los chavales ya no son tan chavales y en cada concierto veías cómo se sumaban nuevos fieles a los pogos de sus bolos. Su homónimo primer EP reverberaba ya en la escena stoner estatal, y pronto confirmarían su presencia con el largo Dust, Hunger & Gloom.
Con todo, la banda entró en una especie de letargo en el que apenas daban noticias de vida, a lo que la situación pandémica parece que no ayudaba demasiado. Pero de repente, con el cierre del 2023 nos topamos de sopetón con el álbum ‘Magma Tres’. Había una expectación latente, quedando patente por la rápida reacción a la publicación. En la propia lista anual de favoritos para los oyentes de Noche de Rock se cuelan sin problemas, pese a no tener apenas tiempo de rodaje. La presentación en el conciertazo que se marcaron junto a Sombra, en la nave de la A. C. Octubre, se llenó de curiosos y seguidores supermotivados dejando una noche épica para el recuerdo.
‘Magma Tres’ recoge ya la fórmula magistral de Wet Cactus. Esa combinación entre pasajes hipnóticos y riffs machacones, una de cal y otra de arena, con la fluidez que da plasmar las canciones de una forma tan honesta. En los directos funciona a las mil maravillas, y en esta grabación lo han sabido reflejar a la perfección. Quizá, incluso ya se intuye más intencionalidad en las composiciones.
En su tercer trabajo nos encontramos con un disco de toque conceptual acerca la influencia humana en las catástrofes medioambientales, con cierta visión apocalíptica en la que todo se está derritiendo, hasta el propio candelabro de la portada que sostiene unas velas que se están consumiendo. Pese a haber tenido un proceso de grabación bastante accidentado, está lograda la cohesión musical que acompaña a este espíritu conceptual.
Escuchando una de las canciones con el amigo Javi Prieto, no nos poníamos de acuerdo a la hora de marcar una influencia clara en el álbum, pese a lo definido que tienen su estilo stoner desértico. Más allá de la referencia fácil a Black Sabbath, reparaba en la cercanía a bandas como The Vintage Caravan, pero tienen momentos en los que evocan a los propios Pink Floyd. La magia es que han sabido hacer esos sonidos suyos y forjarse una auténtica personalidad propia impregnada de fuzz y efectos retro.
El tercer trabajo de Wet Cactus supone así un nuevo crecimiento de los mismos, que parecen decididos a aprovechar este nuevo empujón para crear nuevo material y acompañado de más concierto locos ampliando su influencia geográfica nacional e internacional.
Juanma Pinto