Como hace mi apreciado Alejandro G. Calvo cuando habla de cine, si algo he venido a hacer aquí es a expresar amor por esta banda en general y por este disco en particular. Con una sola persona a la que consiga despertar interés por ellos me daré por satisfecho.
Escribía hace unos años en la reseña de PHANEROZOIC II sobre cómo me habían volado la cabeza con ese disco y aún sigo sin explicarme como pude estar tantos años sin prestarlos atención. Desde entonces he ido haciendo el camino inverso en su discografía, y he podido comprobar como cada uno de ellos, siendo muy reconocibles en la sonoridad THE OCEAN, tiene un sabor diferente.
Con éstas, se vino el lanzamiento de este nuevo álbum HOLOCENE, y con él mi gran interés sobre lo que nos iban a traer esta vez. Desde luego, ya auguraba que iban a haber de nuevo novedades pero con el goteo de los primeros singles más que sorpresa reconozco en SEA OF REEDS el ejemplo paradigmático de lo que ha sido mi acercamiento a este disco, con unas primeras sensaciones que fueron desconcertantes.
Para ubicarnos en lo que ha sido la concepción de este álbum, hay muchas cosas que comentar y la verdad que no sé por donde empezar. Por un lado, Holocene supone el cierre a una tetralogía de escalas temporales geológicas de la Tierra que iniciaron en 2007 con PRECAMBRIAN y continuó con las dos partes de Phanerozoic. El Holoceno es la época actual en la que nos encontramos y de forma casual o buscada, el disco se muestra dominado por la electrónica, sintetizadores y samplers, como el ser humano domina este período y de alguna forma, quisieran mostrarlo como creador de toda esa tecnología y modernidad en el disco.
En esta ocasión ROBIN STAPS, guitarra y principal compositor, comenta que por primera vez las canciones no nacen esencialmente de un riff de guitarra, un ritmo de batería o línea vocal sobre la que empezar a trabajar la canción sino que todo surge a partir del trabajo de PETER VOIGTMAN con sintes y bases electrónicas sobre las que se van a sustentar todos los temas.
Me paro un momento a comentar la historia de este hombre en la banda por la relevancia que tiene en Holocene y porque tiene su miga.
Por las referencias que he ido encontrando de él, entró a formar parte del “collective” como responsable del diseño de luces de la banda en directo, continuó metiendo arreglos con sintetizadores en los Phanerozoic, e incluso llegó a sustituir al batería en algunos conciertos al estar éste lesionado. En un momento determinado entra en un proceso de depresión que comienza a plasmar en su proyecto personal ambient electronic SHRVL con unas cuantas ideas que finalmente terminaron precipitando en Holocene en el que, además de la habitual versión instrumental que suele acompañar a los álbumes de The Ocean (siempre que la escucho pareciera añadir nuevos elementos a las canciones al quedar desnudas de voces) en algunas ediciones limitadas añaden LIMBUS como tercer disco. Se trata del trabajo ya rematado de Voigtman (SHRVL), quien define en los títulos de los cortes los diferentes procesos por los que ha transitado durante su terapia.
Cuando uno se encuentra un background tan profundo en la elaboración de un disco no puede dejar de valorarlo en cada escucha y es que me ha impactado de tal modo que ha cambiado muchísimo mi forma de apreciar la música mas allá de la combinación clásica de rock guitarra-bajo-batería. Los teclados, sintetizadores y sonidos electrónicos me interesan mucho más después de pasar por este disco, y tal vez algún otro más, en un corto período de tiempo.
En cuanto a la composición de los temas, pese a todo lo que hemos dicho, consiguen seguir la línea trazada en los últimos años en los que las raíces clavadas en el post metal de los primeros tiempos han ido retorciéndose hacia el progresivo de la forma tan particular que consiguen. Aquí tenemos arranques que desbordan emociones y cocinan el tema a fuego lento. Me parecen sublimes las líneas de batería en las fases reposadas que fluyen entre la electrónica, y me atrevería a decir que en esta mezcla reside el éxito creativo del disco (se adivinan influencias diversas echando una oreja a la playlist del perfil personal del batería PAUL SEIDEL “Slowly Floating”, una maravilla). Sin ser protagonistas las guitarras aparecen para romper la canción hacia crescendos marca de la casa, mientras que es difícil encontrar momentos prominentes al bajo como en anteriores discos. Supongo que es difícil estar delante cuando hay tantas fichas en el tablero.
Es escuchar las primeras notas de PREBOREAL y ya entrar en una vorágine que no te abandona durante todo el álbum, no me atrevo a destacar ningún tema por encima de los demás y animo a degustarlo como un todo siempre que se tenga oportunidad. Quizás hay un par de temas a subrayar en cuanto a elementos que resultan más novedosos. Al principio hablaba sobre Sea of Reeds, y es que con su arranque susurrante y aura Lo-Fi es tan chocante como atractiva, y sobre todo, UNCONFORMITIES con un ritmo un tanto anodino pero que deja todo el protagonismo al brillo que da la colaboración de la cantante noruega KARIN PARK.
Magnífico disco que viene a seguir dando continuidad a una discografía redondísima. Desde ya, el hype aumentando sobre qué será lo siguiente…
Borja Ponga