Mientras internet se debate en si Ghost pueden o no considerarse Metal, ellos siguen llenando estadios. La verdad es que da completamente igual, pero también es cierto que hay toda una generación de Metalheads que no se han escuchado un disco de Bon Jovi, o de Blue Oyster Cult, por poner el ejemplo típico, y tienden a dibujar una línea donde nunca estuvo, como si cualquier cosa por debajo de Pantera no fuese digna de participar de algún tipo de círculo sagrado. Cierto es que la evolución de Ghost se aleja progresivamente de las producciones algo más ensuciadas, pero es que ese ROCK de producción cristalina, baterías en habitaciones enormes, guitarras con líneas silbables y estribillos pegajosos también es parte del legado que nos ha traído hasta aquí.
Tobias es un auténtico amante de la música, y lo demuestra cada vez que tiene ocasión citando cada una de sus influencias. Se está dando el lujo, además, de versionar muchas de sus canciones favoritas, y queda claro que el abanico incluye a bandas tan diversas como Pet Shop Boys, Abba, Echo and the Bunnymen o Eurythmics. El toque mágico del Papa siempre retuerce un poco el sentido de las letras, dejando brillar la parte más irreverente y blasfema de cada una de ellas.
Buena prueba de ello es el videoclip del Jesus He Knows Me de Genesis. Si bien el pegadizo estribillo de Phil Collins ya era una certera crítica a los Telepredicadores (a Ernest Angley en particular), este Remake del S. XXI es mucho más gore, y aunque la canción no varía mucho en su estructura, el clip deja en evidencia a quienes tachan a Ghost de buscar el éxito comercial ante todo. En ambos casos se juega la misma carta, tema radiable con letra envenenada, y en ambos casos ha colado. A favor de Ghost juega la era Youtube; si las teles no distribuyen el vídeo todos sabemos donde encontrarle.
El EP se complementa con versiones del See no Evil de Television, el Hanging Around de The Stranglers, We don’t Need Another Hero de Tunderdrome / Tina Turner y también del Fantasma de la Ópera de Iron Maiden, para disgusto de Paul Di’Anno, que se ha sentido muy molesto por el cambio de punto de vista en la letra, ya que Ghost la han escrito desde el punto de vista del fantasma, una jugada parecida a la que en su día hicieron Type O Negative con Black Sabbath.
Excepto en el caso de esta última todas las versiones son algo más heavies que la original. En los casos en los que han versionado temas más metaleros, (Metallica…), no han añadido gran cosa, pero siempre se lucen cuando agarran un tema de radio-fórmula y le aprietan un poco las tuercas.
Ya sabemos que la Pantomima de Ghost consta de actos principales y entremeses. Han pasado ya dos años desde su último disco largo y cabe esperar que en algún momento de 2025 venga otro. Al parecer ya andan trabajando, sin cortarse en pedir ayuda a arreglistas y productores. Está claro que Ghost no funciona como una banda de cuatro tíos en un garaje, si no más bien como una producción que se acerca igualmente a la música y al teatro musical.
Echa la vista atrás, porque van a hacer quince años desde la publicación de Opus Eponymous, tal vez deberíamos reverenciarles ya como banda clásica, en lugar de seguir pensando en ellos como los chicos nuevos del barrio. A veces nos quejamos de que el rock ya no da figuras carismáticas como antaño, pero a lo mejor las tenemos delante de nuestras narices y no somos capaces de calibrar su magnitud histórica.