Vamos a empezar por el principio. Después de más de una década de carrera Mind Driller son probablemente la banda más importante que ha dado el metal industrial en nuestro país, “una de las más” si prefieres que no sea tan rotundo, porque haberlas haylas, lo que pasa es que hay que buscaylas. Killus o KTulu pueden ser otros dos buenos ejemplos de grupos que en las diferentes subcategorías han alcanzado reconocimiento en un estilo tan minoritario en nuestro país.
Mind Driller han conseguido además poner un grano de arena de originalidad en un tipo de música con unos cauces tan marcados. Ahí están las secuencias electrónicas, la base rítmica como un martillo y las guitarras machaconas, claro, pero Mind Driller han conseguido conjugar todas sus influencias hasta conseguir una mezcla única y completamente reconocible y eso no es nada sencillo.
En sus incursiones europeas han salido siempre a hombros, y tengo claro que si no han llegado mucho más allá es porque no tienen detrás a algún tipo con una billetera gorda dispuesto a dar el último empujón necesario para que una banda estalle. Mind Driller siguen teniendo siempre un pie en la autogestión y el underground, y aunque en parte nos de pena porque dan diez veces más de lo que reciben, por la otra tenemos la satisfacción egoísta de seguir disfrutando de nuestro tesssoro y enseñárselo sólo a una panda de iniciados.
La nueva etapa de The Void la inician todo vestiditos de blanco, rompiendo con los tonos cálidos y arenosos que distinguían a involution. En la portada un gran agujero negro absorbe una ciudad. Se mueven entre el Origen de Nolan y el Mad Max de George Miller, aunque tal vez mejor debería citar a Fallout, que para eso da nombre al primer videoclip que conocimos hace ya unos meses.
El crecimiento en esta década ha sido tan grande que cuando uno ahora se pincha aquel Red Industrial de 2012 suena lleno de buenos propósitos pero desinflado e inmaduro en comparación. Las guitarras atruenan, las bases te pasan por encima y ponen a bailar hasta al más rígido, y sobre todo, la perfecta complementación de voces hace que este disco sea riquísimo.
Dani mantiene la esencia del industrial con voces marciales que prefieren el alemán como modo de expresión, aunque va destapando otras facetas, Estefanía ya demostró en el álbum anterior que no piensa conformarse con ocupar la parte melódica y dulce de Mind Driller, y cada vez gana más espacio con voces muy enérgicas e incluso guturales, V tiene una versatilidad alucinante y en este trabajo la expande en las cuatro direcciones, siendo autor de algunas de las líneas y estribillos más memorables.
Sin entrar al análisis fino de cada uno de los temas (que me parece bastante tedioso de leer) diré que en conjunto The Void puede ser su disco más rotundo hasta la fecha. Pero más allá de ello, si juntamos los temas de sus cuatro álbumes nos vamos dando cuenta que se hace bastante difícil elegir un repertorio de sólo una hora sin dejar unos cuantos imprescindibles fuera.
Ese es el punto más importante de una banda y de un concierto; las canciones. Cuando en una hora todas las que tocan son temazos y encima echas otras cuantas en falta es que estás delante de unos de los grandes. Si además le sumas un show al que no puedes quitar ojo ni un sólo segundo, ya sabes que son de los enormes.
No quiero ser lijas, pero les tendremos en nuestra fiesta de 28 aniversario junto a Soulbane, Danko Jones y Los Pepes, y las entradas ya están a la venta.