TOMA LA CALLE: Despues de varios dias compartiendo información con vosotros sobre todo lo que está sucediendo en la calle me he decidido a traer un pequeño resumen al Daily Bugle. La mecha está encendida y no debemos dejar que ahora se apague.
Estamos viviendo unos días extraños y emocionantes. Cuando tuvimos las primeras noticias de las manifestaciones de 15 M, la mayoría no teníamos muy claro de dónde venía la propuesta, no sabíamos si era una iniciativa bien organizada o simplemente un mensaje que corría por Facebook y nunca se conocería el origen. Nos plantamos en la plaza del ayuntamiento de Santander sin saber si vendría alguna gente o si todo se quedaría en una anécdota, sin saber si quiera si íbamos a una manifestación o si nos íbamos a encontrar con otros pocos despistados con la misma colección de dudas. Tras sorprendernos por el montón de gente que había allí, al concluir la marcha alguien cogió el megáfono y dijo “esto no va a acabar aquí” y todos pensamos que era necesario que no acabase, pero casi nadie creyó que llegase mucho más lejos.
Luego en casa nos enteramos que en Madrid había unos pocos acampados en Sol. La noche siguiente intentaron desalojarles y se encontraron con más del triple de gente a la mañana siguiente, y la cantidad se volvió a triplicar en un día más. La junta electoral decidió que la manifestación era ilegal y la asamblea popular decidió declarar ilegal a la junta electoral. Parece increíble… ¿A que si?
Mientras tanto los políticos y los medios no sabían muy bien qué hacer. Algunos intentaban arrimarse o comprender, otros cargaban contra los acampados y otros, simplemente se devanaban los sesos para encontrar alguna historia de ciencia ficción con la que engañar a su audiencia y poder obtener beneficios. Por desgracia para la mayoría los teléfonos hacen videos y no hay más realidad que la que uno ve con sus propios ojos. Los cientos de documentos colgados por los participantes han resultado la fuente más fiable para quien realmente tenía ganas de saber.
Estos días en Santander y Torrelavega también han sido increíbles. En Santander la cosa está bastante organizada, hay más respaldo por parte de la gente y se ha conseguido mantener un campamento muy estable. En Torrelavega el movimiento está algo más pequeño, pero es un inicio, la plaza estuvo ocupada durante todo el fin de semana, con gente que iba y venía y con varios picos en los que se superaron los dos centenares de personas.
La gente charla, intercambia ideas, dibuja pancartas, da su opinión, ha habido actuaciones de Rap, baile, cuentacuentos… en definitiva, alguna gente se ha hartado de pensar que no se puede hacer nada. Alguna gente se ha dado cuenta que un pequeño gesto como el manifiesto de Stèphane Hessel puede provocar una gran reacción. Cada pequeño gesto importa, porque son lo único que podemos hacer, y porque la única manera que tenemos de participar es confiar en el efecto mariposa. Si un señor de noventa y tantos años es capaz de iniciar una reacción en cadena como esta, eso significa que todos tenemos un gran poder, y tenemos el deber de usarlo.
El acto de desobediencia civil que ha tenido lugar durante este fin de semana en toda España es mucho más importante que el resultado que den las urnas. Cada uno habrá votado, o no según sus convicciones, pero juntos hemos demostrado algo mucho más importante. Que el poder está en el pueblo, y que sin tenerle en cuenta cada vez va a ser más difícil gobernar.
Tenemos una oportunidad de oro entre las manos. Hay asambleas convocadas en multitud de plazas de España durante toda esta semana y estas deben ser sólo el principio de una nueva forma de participar que acerque a los políticos a la gente y que ponga freno al despropósito de la banca. Seguro que parecen objetivos difíciles de alcanzar, pero con un poquito de perspectiva histórica podemos darnos cuenta de que la humanidad se ha enfrentado y ha superado retos mucho más complicados. Europa tiene los ojos puestos en la que se ha liado aquí, y es nuestra responsabilidad demostrarles que vamos en serio.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.