EL GRAN HERMANO AUN NOS VIGILA: Tim Robbins asegura que la obra cumbre de George Orwell es ahora más necesaria que nunca y por eso nos acerca la adaptación teatral de Michael Gene Sullivan que fue despedida con varios minutos de aplausos en el Teatro Arriaga.
1984 parece estar por todos los lados. Desde que me leí por primera vez la novela, hace ya demasiado tiempo, nunca he dejado de encontrarme referencias a ella constantemente. Desde Def con Dos hasta Zoo o Muse, pasando por el infame concurso televisivo. George Orwell dio en el clavo mucho más allá de lo que el mismo pensaba cuando escribió el libro, que lejos de quedarse en una crítica a ciertos sistemas de gobierno resultó ser una obra imperecedera sobre el control que el poder ejerce sobre los ciudadanos a base de vigilancia, manipulación informativa y represión. No puede estar más en auge, cuanto más libres nos creemos más caminamos por el camino que han puesto delante nuestro, pensando que ha sido nuestra idea elegirle.
Tim Robbins nos acerca una versión teatral de Michael Gene Sullivan, que puede resultar algo confusa para los que no conozcan la historia. La complejidad de ideas y términos de la novela, como la Neolengua o el Doblepensar, tienen que ser adquiridos mucho más deprisa por el espectador que sólo tiene dos horas para entrar en la distopía orwelliana. Además la obra está narrada desde la parte final del libro, durante el interrogatorio, narrando el flashback y por si fuera poco con tres actores que se intercambian los papeles dependiendo de la situación. Además la obra gira en versión original, lo que complicó aun más las cosas para los que no conocían bien la historia porque los sobretítulos estaban colocados muy arriba, para no interrumpir la escenografía, pero dificultaban poder prestar atención a ambas cosas.
Pese a todo ello llegó con éxito al público, al que presupongo en su mayoría conocedores de la novela, y es que el texto es tan bueno y encaja con tanta perfección en muchas de las situaciones que vivimos habitualmente que es escalofriante. Parece que el futuro que Orwell planteaba como advertencia ha sido asumido como normal, nos hemos acostumbrado a ser ultrajados, robados y engañados y podemos dar por cierto que algunos párrafos escritos hace más de dos siglos se han quedado ya totalmene desemantizados, como un buen sueño que una panda de utópicos tuvieron alguna vez. Intenta traducir esto a Neolengua y verás como lo más cercano que encuentras se parece demasiado a “Crimental”.
“Entendemos que son verdades evidentes el que todos los hombres han sido creados iguales, que han sido dotados por su Creador con ciertos derechos: inalienables, entre los que se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Y que, para asegurar estos derechos, se han instituido entre los hombres los gobiernos, cuyo poder depende del consentimiento de los Gobernados. Y que cuando cualquier forma de gobierno perjudica estos fines, el pueblo tiene derecho a alterarla o abolirla e instituir una nueva”
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por todosalteatro.com.