When few stood against many: Hollywood ha encontrado un nuevo filón en las adaptaciones de novelas gráficas, el cómic obtiene así parte de su merecido reconocimiento ante el público general.
Frank Miller es el hombre de moda, supongo que toda una sorpresa para aquellos que no han pasado de los cómics de Mortadelo y Filemón (dicho con el mayor de los respetos al gran Ibañez). El nombre del reinventor de Daredevil ha comenzado a sonar en los oidos de todo el mundo después del exitazo de la adaptación cinematográfica de Sin City, una buen momento para adaptar y estrenar la que tal vez es su novela gráfica más famosa 300, que se editó por primera vez hace diez años y ya va por su octava reimpresión en nuestro país. A día de hoy se encuentra fácilmente en cualquier librería especializada en un único tomito (bastante incómodo de almacenar en cualquier estantería, por el formato) editado por Norma. Ya en el año 2000 se llevó el premio a la mejor obra extranjera en Barcelona, pero es ahora, gracias a la gran pantalla cuando el público no aficionado al cómic tiene la oportunidad de recuperarla.
La adaptación cinematográfica ha corrido a cargo de Zack Snyder a quien conocimos en 2004 con la peli El Amanecer de los Muertos, que fue un buen rejuvenecimiento para el manido genero de Zombies. He leído en La Guia del Comic que este director podría ser también encargado próximamente de adaptar Watchmen de Alan Moore, pero con las veces que se ha caído el proyecto es muy posible que finalmente no llegue a buen puerto. El reparto está encabezado por Gerard Butler como Leonidas al que tal vez los más aficionados al cine de vampiros (aunque sea malo) recordéis por Dracula 2000, luego está Lena Headey como la reina Gorgo y Rodrigo Santoro a quienes conocereis los que seguís perdidos a la vez que salen los capítulos en los U.S.A. como Jerjes.
La historia, por si acaso alguien aun no la conoce cuenta la resistencia de 300 guerreros espartanos ante el ejercito de Persia, en la famosa batalla de las Termópilas. Una historia que ya había sido llevada al cine en 1962 al estilo peplum por Rudolph Maté. En esta ocasión sin embargo, la estética es bien distinta, ya que está muy ceñida a las viñetas del comic (de hecho, podemos encontrar un fotograma casi idéntico a cada una de las viñetas del mismo) respetando especialmente las tonalidades que Lynn Varley imprimió a la novela gráfica. El resultado, sobre todo visualmente es impresionante, las interpretaciones son de muy alto nivel, aunque aquí con la manía que tenemos de doblarlo todo, nos perdemos algunos de los mejores momentos, especialmente por parte del personaje de Jerjes.
Como principal punto en contra podemos decir que el comic cuenta una historia muy concreta que la película trata de ampliar con una subtrama político amorosa que no llega a estar a la altura de la historia original, pero que podríamos llegar a entender necesaria para darle un poco más de empaque a la película. Tal vez también algunas de las figuras caricaturescas del cómic, no acaban de resultar en la pantalla plateada, pero en general, el resultado es espectacular, al menos, como digo visualmente, ya que la peli puede adolecer de ciertas carencias rítmicas, que especialmente molestarán a quienes no se recreen con la estética tan cuidada de cada uno de los planos.
La música de la película es de Tyler Bates, que ya trabajó con el mismo director en The Dawn of Death y que nos recordó bastante en esta película al estilo de nuestra idolatrada Jocelyn Pook, por la mezcla de elementos modernos sobre voces arcaicas. Curiosamente la B.S.O. tiene algún toquecillo celta que no se si acaba de encajar ya que desconozco la raiz de la música griega por aquel entonces. Llamaba la atención la inclusión de guitarras eléctricas en algunos de los momentos de máxima acción, especialmente utilizadando el recurso de música intensa para escenas a cámara lenta y música tranquila para escenas de acción. Bates es un compositor relativamente joven, así que habrá que seguirle la pista a ver hacia donde evoluciona.
Recomendamos pues el visionado de 300, la lectura de 300 y nosotros mismos, siguiendo el sabio consejo de Frank Miller, vamos a hacer lo posible por conseguir Las Termópilas de Wiliam Golding, que seguro que también merece la pena.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Warner Bros.