Voy a hacer algo que no debería. Escribir una reseña de un disco de The Mars Volta tras la primera escucha. Tengo que confesar que cuando la urgencia nos ha apremiado a tener que escribir la reseña sin varias escuchas previas estaba un poco preocupado. De-loused in the Comatorium me costó casi un mes hasta que finalmente le cogí el tranquillo. Sin embargo este segundo trabajo ha sido para mi, tras esta primera escucha bastante cristalino, como si Deloused hubiese servido como diccionario para comprender mucho más rápido de que va este nuevo disco. Es un disco tan rico en detalles, que no hace falta pensar mucho para tener mil cosas que comentar sobre el. Muchos grupos han contado todo lo que podían tras su primer disco, y si me hubiesen preguntado esta mañana hubiese dicho que The Mars Volta seguramente serían uno de esos. Así que me he puesto el disco y ha empezado a sonar la primera canción, que curiosamente se llama como una ilustre forera de esta página. Mientras he empezado a buscar algo de documentación en google y me he enterado de que gente como Flea o John Frusciante participan en este tema. En principio no ha habido nada que me llamase excesivamente la atención. Dicen en otras webs que esta es una de las mejores del disco, y yo de momento discrepo. El resto del disco es bastante más sorprendente y alejado de su primer trabajo, y por tanto más interesante, ya que nos deja entreveer que podemos tener Mars Volta para rato. Es un buen tema, redondo, con sus habituales partes melódicas y sus habituales partes de rallada, pero no deja entreveer lo que se viene encima. Curiosamente con The Window giran hacia el único sitio donde nadie podía esperar. Es una canción melódica y relativamente sencilla y comercial, con la que nadie arquearía la ceja si la llegasen a poner en las radioformulas. Tal vez ese sea el objetivo de la canción, o tal vez, como hiciese Mike Oldfield en su dia tras ser retado por un directivo de su discográfica, pretenden demostrar que si quisiesen podrían hacer música agradable al oido profano. Pero la pequeña concesión dura poco y enseguida vuelven a su particular universo cacofónico. Enseguida, sin embargo vuelven a caer en unas melodías sorprendentemente agradables, que comienzan esa especie de Cha-cha-cha hinchado de psicotrópicos que es L\’Via L\’Vazquez. Que por otra parte hace que me vuelva a preguntar como sonarán a los ingleses los grupos españoles que lo intentan en su idioma. A The Mars Volta cuesta más entenderles cuando lo intentan en nuestro idioma que cuando utilizan el suyo. El tercer capítulo del disco es bastante más oscuro y fantasmagórico, de nuevo vuelven a sorprender con una canción sencilla y complicada, en la que reducen sus recursos hasta la mínima expresión, para ofrecer un corte intimista que parece que va a reventar, y sin embargo nunca acaba de hacerlo. Y para finalizar un corte en el que volvemos a reconocer a los Mars Volta del Deloused. Con un inicio agobiante con punteos saturados que recuerda a las partes más psicodélicas de Yes. En la media hora que dura Cassandra Gemini nos encontramos practicamente de todo. Reminiscencias de las paranoyas de Led Zeppelin y The Doors, una parte recitada, solos de trompeta dignos de una banda de free jazz, una estrofa y varios puentes, sorprendentemente melodicos que parece dar coherencia a toda esa locura, y un estribillo final que cierra el disco como un nuevo corte de manga. Podríamos ser así de accesibles si nos diese la gana. No sólo es que vaya a hacer sonar este disco muchas veces en las próximas semanas. Es que sin duda va a traer de vuelta a Deloused, ahora más que nunca, estoy seguro de que aun no he acabado de escuchar todo lo que querían contarme con el anterior. Tocan semanas The Mars Volta.
Comentario por Oskar
Fotografía por THE MARS VOLTA