Depeche mode nos presentan su nuevo disco Playing the Angel. 25 años de carrera son muchos años de carrera y plantean unas expectativas que siendo realistas, son poco fáciles de cumplir. Sobre todo cuando la comparación más cercana que el grupo establece es “ que es una mezcla entre Violator, y Songs of faith and devotion”. Casi nada para el 80 % de los fans, que supongo les parezcan su mejores discos o al menos los sitúen entre los favoritos de su discografía del grupo. Tal que en Octubre tuve el placer de oír el primer single “Precious”, que es una canción preciosa. Muy emotiva, nostálgica, e interpretada con desapego. Como esos temas que duelen y o les desechas o te queman dentro cada vez que vuelves a ellos. Un muy buen presagio. Aunque por otra parte, si seguimos la estela del grupo, el su última etapa estaban acostumbrándose a regalarnos deliciosos aperitivos de comidas poco sabrosas. Un elemento común a todo el disco son las intros, y outros, el trabajo de sampleador, que es bastante extraño. Es más apropiado de un grupo eminentemente industrial que de un grupo más electrónico, y pop, como son DM. Supongo que sea acostumbrarse, pero resultan muy estridentes en las primeras escuchas. Quizá es eso lo que se buscase, peor hay momentos es los que me ha parecido que rompan el climax. El disco comienza de una manera ruidosa, siniestra, extraña. Te hace pensar, es casi doloroso. Pero de repente cambia, y te hace volver a los 80 más extraños. John The revelador es un tema extraño, que recuerda a la etapa ochentena también. Casi parece grabada en esos años. Tiene mucha marcha, como un Personal Jesus pasado de vueltas. Suffer Well es un tema muy pop. De hecho es como un tema de los últimos Smashing Pumpkins. Está firmado por Dave Gahan y es muy melódico. Tiene un sonido de guitarras que me recuerda mucho a los Manic Street Preachers del Holy Bible. The sinner in me es un medio tiempo decadente de esas que no llaman la atención en principio,peor que tras muchas escuchas puede acabar siendo una de las favoritas. Es tremendamente melancólica. Probablemente, junto con Precious, lo mejor del disco. Precious, el single, es tremendamente DM, con un toque etéreo que la hace preciosa. Parece que Dave te susurra al oído sentencias amargas, como viene siendo habitual, que la hacen una bellísima canción, y muy dolorosa. Cínica, como a mi me gustan las canciones, y amarga, volviendo a preguntarnos por qué dejamos las cosas como están. (Things get damaged, Things get broken, I thought we’d manage, But words left unspoken, Left us so brittle, There was so little left to give…) Macrovision: Parece como si DM quisieran seguir el camino de Bjork. Y lo digo completamente en serio. Es una canción extraña, arrítmica, con toques orientales. Canta Martin, que en este tema demuestra una destreza mayor de lo habitual, por lo extraño de la melodía. Digamos que no me acaba de convencer. I want it all. Una canción así lentita, con pretensiones de romántica, y que se queda quizá enla más normalita del disco. No digo que mala, digo que quizá pase desapercibida. Nothing imposible. Un tema muy muy oscuro, que personalmente me recuerda a Kraftwerk, en el toquecillo electrónico. El tema en el que mejor encajados están todos los samplers. Es como una nana perversa. De lo mejor del disco, que además se prolonga durante varios minutos. Introspective en un tema instrumental que continúa la estela dejada por Nothing Imposible. Para lo que es, bastente bueno. damaged people Otro tema orientalillo. Extraña melodía y demasiado efecto en voces para mi gusto. Es rara como I Want it all. Lilian. Un tema más animado, más bailable, discotequero a tope, pero aún así bastante oscuro. The darkest star. Una canción muy lenta, y triste, cuya letra da título al disco. Un buen final. Como conclusión. Pues no es otro Violator, ni es otro Songs of faith and devotion, aunque ya es bastante mejor que el anterior disco. Quizá han intentado experimentar demasiado en unos temas, y en otros se han quedado algo anacrónicos tirando de sonido antiguo, y metiendo samplers demasiado modernos para el aire del tema en si. Aún así hay temas muy coherentes, como Lilian, Precious, o Nothing Imposible. No está mal como vuelta al ruedo, pero me parece que les pesa el estigma de lo que fueron y quizá quieran experimentar demasiado y no encuentran el equilibrio entre lo que fueron y lo que serán. Repito, no es mal disco, y es bastante entretenido, pero ya es hora de que los grupos o mejor, su compañía deje de ilusionar a los fans con joyas inexistentes. Si sólo dijeran que Dm tiene nuevo disco, genial. Pero con un grupo de este calibre no se pueden hacer esas valoraciones. Mi nota, un 6 tirando a 7 con cada nueva escucha.
Comentario por Arantxa Cobo
Fotografía por DEPECHE MODE