Nos encontramos ante una nueva entrega de un artista en estado de incontinencia creativa (recordemos que a lo largo del 2005 también ha publicado un LP y otro EP, un ritmo productivo que mantiene con una cierta regularidad desde hace unos años), en este caso otro EP, que llama la atención desde un primer momento por una elegante edición en la que CD y vinilo se venden unidos. Por otro lado sorprende también lo generoso de su contenido (6 temas, en total más de 40 minutos); quizás es en este formato en el que más disfruto a Nacho Vegas, ya que alguno de sus LPs anteriores me resultaban excesivamente largos, prefiero dosis más digeribles, esfuerzos más concretos. El gijonés continúa en la línea musical a la que ya nos tiene acostumbrados, con una estética western con toques folk y country, aunque poco a poco sus horizontes van ampliándose. El disco arranca con la brillante “Nuevos planes, idénticas estrategias”, ya publicada en “Desaparezca aquí”, en la que lanza una cínica mirada hacia el tedio del mundo actual. “Hablando de Marlén” narra una desoladora historia de prostitución. Roza la rumba en “Mi Marilyn particular” (colaboración con Delinqüentes incluída), en la que se mete en la piel de un perturbado para describirnos un brutal crimen en “Mi Marilyn particular” (historia desarrollada en el relato incluido en la hoja interior del vinilo). El disco termina con la amenazadora “Cosas bien hechas”, cercana a la gravedad de Nick Cave. En palabras del propio artista, “Es la realidad la que es cruda y triste, no yo. La situación actual no es que sea muy halagüeña ni esperanzadora. Por otro lado, la única manera de hablar de las cosas positivas de la vida, es tomar conciencia de que éstas tienen un final y que esto es lo bueno de ellas”. Como podemos ver, continúa la línea que marca su personalidad/personaje, aquella que le ha permitido apartarse de todo lo que había hundido en el descrédito a la figura del cantautor en el sentido tradicional, y con la que se ha convertido en centro de atención de la escena musical estatal de nuestros días. Historias oscuras, personajes puestos al límite que destapan lo menos admirable de la condición humana, aquéllos a los que alejarse de la mayoría, de lo rutinario, les conduce a la derrota. En definitiva, momentos en los que, por mucho miremos a nuestro alrededor, no encontraremos por ninguna parte ninguna escapatoria, en ninguna puerta veremos la palabra SALIDA.
Comentario por David Boring
Fotografía por NACHO VEGAS