Llegó este disco a mis manos (bueno, seamos sinceros, llegó a mi disco duro), con la vitola de “uno de los mejores discos del año”, y su banda como “el grupo que va a salvar el Rock”. Además, entre sus influencias se encuentra gente como The Flying Burrito Brothers, Neil Young, Bob Dylan y otros peces gordos de la música americana. También me dijeron que este álbum en concreto sonaba mucho a los Beatles más yankees de la última época, Let It Be y eso, así que me dije, coño, este disco no puede ser malo. Y lo cierto es que no me equivocaba, no es mal disco, pero tampoco responde a tal cantidad de expectativas creadas.
Sky Blue Sky suena añejo, como si hubiera sido grabado en 1971, pero más limpio. La formación, clásica, sin zarandajas; guitarras (acústicas y eléctricas), bajo, batería, piano y arreglos ocasionales de cuerdas, hammond, lap steel, etc. Suena bonito, sin estridencias, los temas son medios tiempos relajados, con algunos arrebatos más cañeros, aunque ocasionales, casi siempre en los puentes. Y todo adornado por la espectacular guitarra de Neils Cline, que en ocasiones llega a sobrepasar los límites de “lo que pide la canción”, por decirlo de alguna manera.
El problema del disco en mi opinión es que, dentro de ese sonido setentero tan logrado, no hay demasiadas variaciones; los temas discurren, pero parecen el mismo con ligeras variaciones en los arreglos, no hay ninguno que sobresalga demasiado del resto, no hay singles claros (aunque no parece que la intención de Wilco sea reventar las listas a base de singles, todo sea dicho). Aún así, si hubiese que destacar algunos temas, podría hablar de Either Way, que abre el disco como una declaración de intenciones, con unos preciosos arreglos de hammond y cuerdas, y ecos de Gram Parsons y Buffalo Springfield, Impossible Germany, que añade a la ecuación guitarras de los Allman Brothers, Hate It Here, que parece la Steve Miller Band haciendo una versión de Dig A Pony de los Beatles o la dylaniana What Light.
En definitiva, un buen disco, que apunta muy alto pero se queda a medias, y al que le falta “algo” para terminar de enganchar. Si lo único que hacía falta para salvar el rock era un disco de revival del country/soft rock de principios de los 70, parece que tampoco estaba tan mal…
Comentario por Absento
Fotografía por WILCO