Nos encontramos esta semana con el nuevo disco de Pain of Salvation, un trabajo al que parece haberle costado unos meses hacerse un hueco entre nuestros oyentes. Sin duda el breve pero irrefutable paso por España de los suecos ha servido para dar el empujón definitivo al disco y colocarle en la esquina superior derecha de nuestra página web.
Antes de comenzar a hablar de Scarsick tal vez debamos recordar que su predecesor fue el disco más importante del año en nuestro programa de radio, a votación de nuestros oyentes, y que sin duda BE es una obra cúmbre del metal progresivo, tal vez esa obra cúmbre en la carrera de un grupo que nunca se llega a superar. Nuestras impresiones sobre Scarsick están inevitablemente condicionadas por Be, con lo que podríamos empezar resumiendo en que Scarsick es un gran trabajo que ha tenido la mala fortuna de ser el hermano pequeño de una obra maestra.
Scarsick es un disco raro desde su mismo concepto, parece como si la banda se hubiese liberado de la presión de tener que componer para una historia y hubiese decidido que en este nuevo disco iban a entrar todas las ideas más experimentales que no podrían haber encajado en Be. Especialmente la parte central del disco es muy sorpresiva. Scarsick empieza cargado de rabia, con el tema que da título al disco, en el que Gindelow se desquita con una letra casi rapeada en la que arremete de nuevo contra la sociedad en la que vivimos y los valores consumistas que la gobiernan. No se trata en esta ocasión de un disco conceptual, pero este tema aparece recurrentemente en varias canciones del disco. El disco mantiene bastante coherencia entre rabia y melodía, con partes más complejas y estribillos más asimilables durante los tres primeros temas, pero en el cuarto corte nos encontramos con la primera gran sorpresa; America, manteniendo una estructura que no nos es extraña en Pain of Salvation, pero con un estribillo que parece una deformación del clásico de Andrew Lloyd Webber para West Side Story. Por si fuera poco continúan con Disco Queen, con claras reminiscencias a los Bee Gees o a los más cercanos Scissor Sisters pero con un desarrollo que alarga el tema hasta los ocho minutos.
En este punto Pain of Salvation ya han demostrado de nuevo que son el grupo más libre y con menos ataduras músicales de todo el panorama progresivo, así que pueden empezar a cerrar sin muchas más sorpresas. La cara B se hace bastante más densa, con partes bastante lentas e intimistas en Kingdom of Loss y Enter Rain y con alguna sorpresa metálica en Flame to the Moth.
Pain of Salvation han vuelto a firmar un gran disco, y además siguen manteniendo viva la curiosidad de saber por donde van a salir la próxima vez, seguro que será un trabajo de mucha calidad, pero no tenemos ni idea de a que va a sonar, y eso tiene que ser bueno.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por PAIN OF SALVATION