Aquí tenemos de nuevo a Lendakaris, van ya tres discos con este, y se han instalado como uno de los pocos grupos del panorama punk con autentica personalidad propia. Son otras 20 canciones, pero aun puedes recopilar su discografía en una tdk de 90, ya que sus canciones siguen rondando los dos minutos de duración, como decía el sabio Vigalondo, “si añades muchos detalles superfluos a tu cortometraje, acabarás teniendo un largometraje”. Pues aquí lo mismo, para que añadir otro estribillo redundante si a la primera ya quedó todo claro.
De nuevo no dejan títere con cabeza, ni la ETA, ni los sindicatos, ni el estado Español ni el Vasco, ni los punks de “hazmelo tu mismo” se libran de su feroz y ácida crítica. Me recordaron el Rockandrola Batzokian en su negación del DNI vasco, al fin y al cabo un DNI o una policia significan lo mismo, sea el estado al que sirven más grande o más pequeño. Sintonizan con el Aviador Dro al reivindicar las nucleares, (con tal de no dar pedales), y con la Polla Records al señalar con el dedo al consejo de sabios punkis que deciden sobre el bien y el mal. Además añaden algunos disparos contra los buenrollistas del anillo en el dedo gordo y los tontos al volante, por poner sólo otro par de ejemplos.
Algunos auguraban una corta historia para Lendakaris, pensando que pronto se consumirían repitiendo una y otra vez la misma temática. Con el tercer album han demostrado que no tienen ningún problema en variar el punto de mira y arremeter contra todo el que lo merezca.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por LENDAKARIS MUERTOS