“The way of all flesh” es el título de este nuevo disco de los franceses Gojira. Cuarto álbum de estudio en su carrera, tras “Terra Incógnita”, “The Link” y “From Mars to Sirius”; aunque también tienen un CD/DVD en directo. Encuadrar a Gojira en un estilo de música concreto tiene su dificultad, si bien podemos definirlo como un death metal técnico/progresivo, con algunos matices experimentales que en este último disco quizás brillen más por su ausencia. Si algo tenían los demás discos de Gojira, es que alternaban temas muy metaleros y contundentes con otros demasiado experimentales que no terminaban de llegar a los oídos de todo el mundo (a mí el primero). Sin embargo en este último disco han sabido conjugar la técnica y esa personalidad un tanto Avantgarde y el lado más bruto de Gojira a partes iguales, y han dado en el clavo con un disco muy bien compactado que hace que no le des a la tecla de “saltar tema” en ningún momento del disco. Incluso quizás hayan dejado más de lado esas partes experimentales para darle al disco un toque más oscuro que los anteriores, aunque esto tal vez sea más apreciación mía que otra cosa.
El disco en sí comienza sin intro siquiera; directo al grano, con el tema “Oroborus”, tema caracterizado por un comienzo en forma de riff bastante técnico para dar paso a otro riff rollo apisonadora, tónica que se repite a lo largo del mismo, a la par que mezcla partes más melódicas con partes más oscuras, en la línea vocal sobre todo. “Toxic Garbaje Island” (no lo he comentado antes, pero me encantan los nombres de las letras del grupo) se trata de otro tema que sigue un poco la misma descripción del primero, y en el que se puede disfrutar del excelente batería que tiene este grupo, y que hace un trabajo impresionante durante todo el plástico. Mario Duplantier, se llama el compañero.
“A sight to Behold”, tercer tema de la grabación se trata de un tema más experimental, donde hacen gala los efectos de voz que han utilizado para muchas partes del disco y unas guitarras muy técnicas y bien empastadas. Da paso a “Yama´s Messengers”. En la mitología hindú, Yama es el personaje que encarna a la muerte. Los mensajeros de este, son conocidos como los Yamadutas. Escuchando el tema te puedes hacer una idea de cómo se las gastan los colegas Yamadutas estos; un tema denso, oscuro, contundente, pesado… mola. “The Silver Cord” se trata de un pasaje totalmente opuesto al anterior tema. Guitarras acústicas y melodía lenta dan forma a este tema instrumental.
El grupo vuelve a la carga con “All the tears”, tema que recupera la tónica de los primeros temas del disco (y el álbum en general): partes técnicas y briza al fifty fifty. El séptimo tema (“Aclaration for none”) es uno de los temas más death metaleros del disco, ciñéndose más a lo que viene a ser el death/brutal death clásico que al personal estilo de Gojira. Una pequeña intro de un sonido parecido a un diapasón nos lleva a la pista ocho “The art of dying”, bastante black-metalera, y es que estos tíos no le hacen ascos a nada. En la variedad está el gusto. “Esoteric surgery” comienza con un riff que puede recordar mucho al death metal sueco, y que se reparte a lo largo de un tema muy machacón a la par que molón, donde volvemos a flipar con el batería en algunas partes del mismo.
Y aquí viene el tema elegido para el primer single oficial del disco, “Vacuity” del cual han grabado un videoclip. Yo le llamo “el tema del yunque”. Los que lo hayan escuchado sabrán por qué, y los que no (a parte de caerme mal, porque vaya disco que se están perdiendo) me imagino que se harán una idea. “Wolf down the eartht” vuelve un poco a recordar al noveno tema, una canción muy propia de cualquier banda procedente de suecia, pero con un ritmo más lento, pesado y oscuro que el antes citado. Y el disco termina con el tema que da título al disco, “The way of all flesh”, y ya que le da nombre, pues se encarga de resumir un poco la tónica del disco. Riffs imposibles, cambios de ritmos continuos de tema, un batería que podría componer un disco él sólo (y ojalá lo hiciese) y partes muy metaleros y machaconas, compaginadas con pasajes más melódicos y técnicos. Y si andamos despistados y se nos olvida sacar el disco del repoductor, seremos recompensados después de varios minutos de silencio con una bonus track, a la que no han dado nombre siquiera de lo pista oculta que es.
En definitiva, un discazo, tanto en la parte compositiva como ejecutiva, y que cualquier fan del metal (sea el estilo que sea) debería escuchar. Para mí, seguramente, el lanzamiento del año.
Comentario por Alexi Laiho
Fotografía por GOJIRA