Después de un paréntesis de tres años, la multinacional banda de Brian Molko vuelve con nuevo disco y nueva formación, pero sin demasiadas novedades en cuanto a sonido se refiere. El nuevo miembro es Steve Forrest, que sustituye a su tocayo Steve Hewitt a las baquetas, y aunque tiene tal vez un estilo más directo y con más pegada, no supone un cambio demasiado radical. Este Battle For The Sun sigue la senda de “re-electrificación” que comenzaran con Meds allá por 2006, sólo que aumentando la cantidad de ingredientes de la mezcla.
Posiblemente sea el disco más barroco de Placebo. Están las guitarras raras de siempre, las letras enfermizas y los estribillos coreables, también toques de electrónica aquí y allá, pero aumentan los arreglos orquestales y se añaden metales (que en mi opinión no terminan de funcionar en su sonido tan bien como las cuerdas). Pocos espacios hay sin cubrir en las canciones, dando impresión de muro de sonido en muchas ocasiones, y de sobreproducción en más de las que nos gustaría.
Respecto a la composición, y al contrario que la sobrecargada producción, parece que han querido hacer canciones más directas, y más de la mitad podrían ser singles sin ningún problema. Los momentos más destacables, Kitty Litter, que empieza el disco volviendo a los Placebo de sus dos primeros trabajos, Battle For The Sun, con su contraste entre estrofas arrastradas y estribillos melodramáticos, la orquestal Happy You’ve Gone o la directa Breathe Underwater. La canción polémica del disco, y que ya es la que más está dando que hablar en nuestro país es Ashtray Heart, con su estribillo en spanglish, ridículo pero innegablemente pegadizo. Y lo peor es que el tema tiene algunas de las mejores melodías de todo el álbum, sobre todo en la voz. Paradojas placebianas…
Comentario por Absento
Fotografía por PLACEBO