Déjame que te cuente la historia. Porque si te pongo directamente una canción al azar de Cantos a la vida y luego te digo que lo que has escuchado es un holandés, te vas a quedar ojiplático, como me quedé yo cuando me llegó el disco y me leí la hoja de promoción.
En realidad hay una explicación sencilla. Un par de los miembros de ¡Pendejo! pasaron gran parte de la infancia viviendo en distintos lugares de latinoamérica por motivos familiares. La cultura latinoamericana forma parte de su ser, tanto como la holandesa y así a la hora de formar una banda, de vuelta a casa, optaron por incorporar unos elementos que les harían únicos e inconfundibles, sobre todo en su tierra natal.
Como la etiqueta Stoner ya está mucho más generalizada que hace unos años no hace falta dar muchos más rodeos para explicar el estilo, ya sabeis, básicamente Sabbath & plantas rodadoras. El Stoner es un estilo que le encaja de madre a los grupos latinoamericanos, tal vez por la manera más pasional de ver la vida y por tanto la música.
La voz rasgada de Patuso, hace muy creibles los excesos sonoros y líricos del disco. Además incorpora violentas trompetas (copio el adjetivo de su biografía porque seguramente no exista uno más adecuado) que dotan a los temas del disco de un aire inconfundiblemente latino. Sin embargo, aunque ese aire se contagia también al resto de los elementos del disco, ¡Pendejo! también han sabido aprovechar la mejor parte del rock y el metal europeo, en cuanto a que la producción es un auténtico bofetón sonoro.
Sin embargo, será en directo cuando de repente, un buen disco como Cantos a la Vida consiga el Upgrade que situará a ¡Pendejo! en lo más alto de tus escuchas durante algún tiempo. Su directo es sudoroso y enérgico y de vuelta a casa Cantos a la Vida adquiere una nueva dimensión, dejándote con ganas de escucharlo siempre, un poquito más alto.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por ¡PENDEJO!