El nuevo disco de Amon Amarth ha sido recogido con cierto escepticismo entre los aficionados. Mucha gente defiende que “No es tan bueno” como sus anteriores discos. Sin embargo, tras darle unas cuantas escuchas estoy prácticamente convencido de que la falta de entusiasmo de muchos de los oyentes no se debe exactamente a las canciones que tiene el disco, si no a la falta de sorpresas.
Amon Amarth tienen claro quiénes son y qué música hacen, y cada vez dejan más patente que son una de esas bandas a las que no se les puede pedir otra cosa más que eso. Son únicos en su sonido, absolutamente identificables y a pesar de que hay otras muchas bandas en ese estilo, tienen ese “algo” que les distingue. Sus cartas están claras, y son muy buenos jugándolas.
Surtur Rising no aporta mucho nuevo. Tal vez algún medio tiempo inesperado y el sorprendente guiño a System of a Down que incluyen como bonus. Sin embargo, si hubiésemos estado de viaje espacial la última década y tras aterrizar alguien nos le pusiese nos sonaría fresco y potente. Amon Amarth se repiten y no sorprenden, vale, pero siguen haciendo temazos y son capaces de transmitir toda la energía de la mitología nordica en cada uno de ellos.
Es probable que muchos simplemente tengáis suficiente con los discos de ellos que ya escuchasteis y ya no queráis más de lo mismo. Vale, eso es justo, especialmente en estos momentos en los que tenemos cientos de bandas que escuchar, pero lo que es injusto es pensar que un tema es peor que otro simplemente por el orden en el que fueron publicados.
Por mi parte espero que tengamos Amon Amarth para rato, y espero que sigan sin dar muchas sorpresas. No soy su mayor fan, pero cada vez que me pongo un disco suyo me entra ganas de arrasar una aldea, así que supongo que cumplen su función a la perfección.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por AMON AMARTH