El otro dia terminada la entrevista a Bifrost nos quedamos charlando un poco, entre otras cosas tuvimos un interesante intercambio de ideas semántico sobre la palabra “progresivo”. Coincidíamos en que dicha etiqueta no tiene por qué estar vinculada de manera canónica a ningún sonido concreto, más bien podría hacer referencia a diferentes tipos de grupos, cuyos integrantes tienen la capacidad de utilizar infinidad de recursos, armónicos, melódicos, métricos… y les utilizan con total libertad para responder a sus ideas. La música progresiva se define por compleja, por su variedad en todos esos elementos, por no ceñirse a estructuras standard y precisamente eso construye un universo de bandas que deberían alejarse en sonido unas de otras.
Pain of Salvation, por tanto son a dia de hoy un caso paradigmático de lo que una banda de progresivo, a mi juicio, debería ser. Manejan con soltura multitud de recursos, y los dirigen hacia la creación de obras absolutamente personales e incomparables. Son retorcidos o sencillos dependiendo de la dirección que elija cada canción.
Si Road Salt One volvía a optar claramente por la vía de la libertad, Road Salt Two no hace más que completar la obra. Nos encontramos de frente a un disco en el que Gildenlöw organiza a los suyos hacia una obra absolutamente épica, en la que de nuevo vuelven a rozar los terrenos propios del músical o la ópera rock.
Esta carretera nos hace viajar por parajes exóticos, circenses, porteños, intensos, frágiles, pantanosos, el disco vaga como vagamos por la vida, sin dirección concreta. Lo importante no es la meta, si no el recorrido. La excelente interpretación de Daniel carga de distintas emociones a cada composición, y la banda actúa de perfecto paisaje para sus evoluciones, tal y como sucedería si nos imaginásemos la representación teatral de Road Salt. No quiero decir con esto que los instrumentos no tengan su protagonismo, ni que sean un mero telón de fondo, si no más bien que remarcan y realzan a la perfección las palabras del texto.
Pain of Salvation acaban de cerrar y completar otra obra maestra, aun les tenemos muy cercanos como para ser conscientes de la grandeza de la carrera que están construyendo. Sin duda, los seguidores sabemos que no se quedarán aquí. El ciclo Road Salt está cerrado y todos nos preguntamos hacia donde progresará su siguiente album.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por PAIN OF SALVATION