Hace unos cuantos meses, Ramón (The SP, Small Details, Honky Tonks, The Plains, Dante Place) me comentó que había estado hablando con Juan (Hansoku, Roman Castevet ), y que había surgido la idea de montar un grupo.
Hace ya un montón de años que conozco a Ramón, y si hay algo que ha demostrado una y otra vez, es que no da puntada sin hilo. Y musicalmente tampoco. Por eso, cuando unos meses después me comentó que el nuevo proyecto se había completado con Rober (Wayne) y David (Lazy, The Airwaves), se me hizo la boca agua.
Muy poco tiempo después para lo que suele ser habitual (sí, otra de las cosas buenas de éstos chicos es que son rápidos y limpios), tuve la suerte de poder ir una tarde a los Drive Division y ver en vivo y en directo la masterización de su primer niño: Orbea EP
Orbea EP huele a fuerza. Lo que no implica guitarras estridentes, ni dobles bombos, ni leches. Agilidad, dinamismo, buen gusto, y, como suele decir Ramón, discurso, impregnan los 5 temas.
Las guitarras (sí, guitarras, con S, Ramón es sólo uno, pero en la grabación suenan unas cuantas guitarras, dándole grosor al sonido) hablan solas, da la sensación de que si le quitáramos la voz a las canciones, las armonías seguirían contándonos lo que duele una pérdida, o lo ilusionante que son los preparativos de un nuevo proyecto.
El EP comienza con Siete Novias, una inyección de adrenalina para comenzar. El riff de guitarra del principio y el bajo rellenador de David destacan, junto al redoble atenazante de Rober.
Después de esta toma de contacto, zas! patada a la entrepierna. Tripas, una canción dolorosamente bonita, mantiene el jugueteo de guitarra y la batería envolvente de Rober. Mención especial para los coros de David en los estribillos. Tremendos.
El tercer corte nos da un poco de margen. Sierra Nevada es una canción alegre, con unas armonías que te llevan a la primavera, floreada y soleada. Como curiosidad cabe decir que el sujeto de la canción es la bici de Juan, y no una chavala, como puede dar la impresión.
La cuarta canción del EP es Abril. Aquí los Nevaditos tiran a dar. Y duele. Duele la preciosa letra escrita por Juan, y duele la pesada atmósfera que va extendiéndose a lo largo de la canción, y que, no podía ser de otra manera, termina en una explosión de dolor, ansiedad y chillidos. Podrían haberla titulado Pelos de punta.
El cierre de éste Orbea EP es Dos Soles. Ésta engaña. Empieza alegre, distendida, pero a medida que va estirándose, comienzan los pellizcos. Riffs acelerados para entrar en las estrofas, estrofas intensas, hasta que empieza el final. Un excelente riff de guitarra te da la sensación de que te estás asfixiando, no queda aire, hasta que, de repente, llegas al estribillo final en el que ya puedes respirar de nuevo.
Estribillo que, por cierto, dice algo así como “Estoy seguro, hace ya tiempo que no soy el dueño de mi alma” Y, efectivamente, mientras escuchas Orbea EP no eres el dueño de tu alma. Sierra Nevada te la quita, la da forma, y, al final, te la vuelve a dar.
No sé a qué esperáis para darle una escucha.
Comentario por Pablo Varillas
Fotografía por SIERRA NEVADA